Por: Angel Moreta (Autor-Editor)
Los “dueños” del mundo vienen amenazando de imponer sanciones a aquellos países que ponen en peligro lo que ellos entienden como democracia, derechos humanos y seguridad.
Recientemente, aplicaron castigos a Venezuela y a Rusia por hechos que EEUU interpretan que irrespetan la democracia. Aquellos países, incluyendo potencias, que no se “comporten” de manera sumisa ante los dictados del Pentágono, serán castigados por los EEUU, que son un “tribunal universal” que puede imponer sanciones económicas, políticas, financieras e intervenciones militares en cualquier rincón del planeta.
Los “dueños” del mundo también son un tribunal universal, pues dictan sentencias que pueden en cualquier momento afectar a uno que otro país, siempre que se salga del carril señalado por los Estados Unidos. Ellos tienen el derecho sagrado, la máxima potestad y el máximo poder, dados por la Providencia Divina, para invadir, amenazar, castigar, imponer, reprimir, humillar, bombardear, minar a cualquier país del globo terráqueo que no responda sumisamente a los intereses políticos, económicos y financieros de una nación capitalista que tiene capacidad nuclear para compararse con los que no la tienen y colocarse en un plano de superioridad.
De este modo, han agredido, invadido y golpeado severamente a muchos países pobres del mundo. El juez universal viene a ser el presidente de los EEUU, actualmente el presidente Donald Trump, que se expresa siempre como un Dios universal de siguiente manera:
a) Si continúas fortaleciendo las milicias en Ucrania del Este, te castigaremos, independientemente de la carta de la ONU;
b) Si mañana no suspendes los preparativos que vienes realizando para una asamblea nacional constituyente, te impondremos drásticas sanciones;
c) Si continuas dañando la “democracia”, mañana te impondremos un castigo financiero;
d) Si continúas agrediendo los “derechos humanos”, muy pronto prepararemos un paquete de medidas punitivas en tu contra;
e) No puedes continuar preparando esa asamblea constituyente, pues lo que persigues es la continuación de tu dictadura;
Naturalmente, este Dios universal encarna un poder que actúa más allá de la historia; dueño del mundo como es nunca dice las razones verdaderas que tiene para considerarse un tribunal universal, un sujeto universalmente poderoso nunca explica cual es su concepto de democracia, de derechos humanos, de libertad, de dictadura. Se trata de conceptos entendidos a su manera, según sus intereses, pues Estados Unidos nunca ha respetado las democracias del mundo ni de los países pobres de América Latina, tampoco los derechos humanos y mucho menos la libertad.
Tales conceptos modernos no son más que un pretexto para considerarse a sí mismos los dueños del mundo y los campeones de la libertad, de los derechos humanos, de la democracia, de la justicia y la equidad. Sin embargo, valga decir, a modo de ejemplo, lo siguiente con el fin de mostrar la hipocresía y la doble moral de Estados Unidos:
En Paraguay auspiciaron, contribuyeron y participaron del golpe de Estado contra el presidente Lugo; en Honduras auspiciaron, contribuyeron y participaron del golpe de Estado contra el presidente Celaya, ambos gobiernos democráticos electos libremente; organizaron milicias para la invasión de Bahía de Cochinos en Cuba; auspiciaron, contribuyeron y participaron en todas las acciones militares de Vietnam; asesinaron a Salvador Allende, y bombardearon el Palacio de la Moneda en Chile e impusieron una dictadura criminal; destruyeron poblaciones enteras en Laos y Camboya; invadieron groseramente a Panamá en 1989, en plena navidad del 24 de diciembre; invadieron a Grenada y asesinaron al presidente democráticamente electo Maurice Bishop; invadieron República Dominicana tres veces durante el siglo XX; le arrebataron la mitad del territorio nacional a México, sobre la base de pretexto; se apoderaron de la isla de Puerto Rico justo a fines del siglo XIX, arrebatándole la libertad y la democracia al pueblo puertorriqueño; realizaron una guerra criminal horrenda en Filipinas; arrebataron la isla de Hawaii, justamente iniciándose el siglo XX y destruyeron su cultura e instituciones; invadieron a Irak y asesinaron al presidente Sadam Husein, y se apoderaron de la riqueza petrolera, de la cual planearon extraer 9 millones de barriles de petróleo diariamente; ocuparon a Cuba a fines del siglo XIX e implantaron la llamada “enmienda Platt”; amenazaron y asesinaron, por vía de la nanotecnología, al presidente Chávez, democráticamente electo por el pueblo de Venezuela; asesinaron al líder Jorge Eliecer Gaitán en las calles de Bogotá, en 1948 en Colombia; ocuparon durante 18 años la República de Haití; sodomizaron y asesinaron al presidente Gadafi en Libia, y saquearon toda su riqueza petrolera; han desarrollado una guerra de siete años en Siria para derrocar al presidente democráticamente electo Bashar al Asad, guerra que ha producido miles y miles de muertos; lanzó dos bombas atómicas sobre Japón, produciendo más de 300 mil muertos; mantienen presos de ideología cientos de ciudadanos árabes en Guantánamo, los cuales son mantenidos con los ojos vendados durante más de 10 años, según informes sobre las torturas y métodos de barbarie utilizados en esa base militar; apoyan los crímenes y desmanes cometidos por Israel contra las poblaciones de Gaza y Palestina; toleran y premian los crímenes horrendos cometidos por la policía contra los negros afrodescendientes norteamericanos; produjeron más de 3 millones de niños muertos en filipinas, que eran degollados cuando llegaban a los diez años de edad para que no se incorporaran al ejército rebelde; apoyaron los crímenes cometidos por Inglaterra en Islas Malvinas, donde Inglaterra sodomizó y asesinó a gran cantidad de soldados; asesinaron al presidente Lumumba en El Congo; practicaron la barbarie y el crimen contra los llamados gavilleros en República Dominicana, y en Haití, ejecutaron a Charles Magnes Peralte; apoyó los crímenes cometidos por la derecha salvadoreña contra el pueblo y el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN); apoyaron la barbarie de la dictadura de Pinochet, mediante un golpe de Estado grotesco, y basta solamente con ver el libro “documentos e informes sobre la ITT en Chile”; apoyaron la barbarie de Francois Duvalier, en premio por las facilidades que concedió a los capitalistas norteamericanos para hacerse de las mejores tierras de ese país; ni hablar de los crímenes cometidos en la guerra de Vietnam, donde aplicaron napal, prohibido por la ONU; y así una interminable cadena de acontecimientos desastrosos para la humanidad, para los países pobres y pequeños y para América Latina, que son los preferidos por los EEUU para pelear, imponer, invadir sus territorios, amenazar su seguridad y yugular su soberanía.
Todo esto y más a lo largo de la historia en nombre de la libertad, de la democracia y de los derechos humanos; en nombre de la justicia y la equidad; en nombre de la agresión supuestamente por causas justas, de ahí que han llenado a América Latina de hambre y miseria, como afirmó Bolívar, en nombre de la libertad, de la justicia y de los derechos humanos.
Es un lenguaje idéntico en todas las situaciones; tratan a los países como si fueran los dueños del mundo; imponen sanciones a funcionarios de Venezuela, castigados por el Departamento del Tesoro Norteamericano, por trabajar en la organización de un proceso electoral verdaderamente democrático que es la constituyente que actualmente se celebra en ese país. Sanciones a Rusia durante más de diez ocasiones en los últimos tres años; golpes financieros, boicot económico, acusaciones falsas, deslealtad comercial, amenazas letales, etc.
El imperio norteamericano aumentó la presión contra el plan del gobierno venezolano de celebrar este domingo 30/7/17, una Asamblea Nacional Constituyente (ANC); y dijo Trump el domingo que había una raya roja que si el gobierno venezolano la cruzaba recibiría el castigo de los dioses correspondiente por socavar la democracia y los derechos humanos en Venezuela, es decir, o haces lo que yo te digo y no cruzas la raya roja, o continuaré castigándote.
No puede haber más descaro y falta de respeto a un pueblo y a un gobierno libres e independientes, verdaderamente democráticos y soberanos, y que creen en la autodeterminación de los pueblos.
