Hispantv (19-2-20)
Al sancionar a la rusa Rosneft, EE.UU. inicia una nueva era de acoso contra empresas que rechazan su visión imperial de dominación, en este caso sobre Venezuela.
Los estadounidenses vuelven a recurrir a sus conocidos métodos de asfixia económica al imponer sanciones al Rosneft Trading, la filial comercial de la compañía petrolera estatal rusa Rosneft, para obligar a un tercer gobierno, en este caso al de Venezuela, a someterse a sus dictados hegemónicos, sin importarles en lo más mínimo el impacto de esta medida sobre la población venezolana.
No hace falta mencionar que la nación sudamericana viene soportando y viviendo desde hace mucho tiempo duras condiciones sociales provocadas por unas sanciones que los sucesivos gobiernos de EE.UU. les ha estado imponiendo con el objetivo de doblegarle su voluntad de seguir apoyando al Ejecutivo del presidente, Nicolás Maduro; y solo porque Estados Unidos no puede asimilar el importante papel que está desarrollando Rusia en el progreso de muchos de los países del continente americano.
Washington al no poder asimilar la sólida influencia positiva de Moscú en lo que para EE.UU. es su “patio trasero”, ha estado intentado por todos los medios impedir que los rusos vayan afianzando su significativa presencia en la región. De allí que, su maquinaria sancionatoria, el Departamento del Tesoro, se ha puesto muy activo en los últimos tiempos lanzando y aplicando duras medidas restrictivas a toda aquella empresa rusa, tanto si provenía del sector privado o del sector público, que se haya establecido en alguna nación de la zona a fin de contribuir en el crecimiento económico, tecnológicos e industrial de estas poblaciones.
A partir de este planteamiento, podemos decir sin tapujos que los métodos de asfixia a los que es asiduo la Casa Blanca para neutralizar y aplastar a todo deseo unánime de una población que en busca de su soberanía e independencia decide imponerse a sus designios imperiales, en este caso el pueblo venezolano, se resumen en las políticas hostiles de acoso y derribo constante contra todos sus gobernantes, en lo que también incluye, a todas las fuentes de financiamiento que dicha nación cuenta para sus proyectos de crecimiento y desarrollo nacional.