Bradley Blankenship (Russia Today, 19-8-22)
El multimillonario estadounidense nacido en Australia, el imperio mediático global de Rupert Murdoch, ha liderado constantemente la carga de impulsar narrativas contra China en los medios occidentales. Abarcando una larga lista de medios muy influyentes, incluidos tanto la televisión como los medios impresos en los campos liberal y conservador, la lista de temas de conversación dirigidos a Beijing es inmensa.
Por ejemplo, el consejo editorial de The Wall Street Journal argumentó el lunes que China “ está pagando los errores de política del jefe del Partido Comunista ”, refiriéndose al presidente chino, Xi Jinping. El editorial argumenta que la economía mundial, incluida la de China, se está desacelerando y que » los últimos datos publicados el lunes sobre la disminución del crecimiento de China repercutirán en todo el mundo » porque » la respuesta de Beijing sugiere que sus líderes se están quedando sin ideas para detener el declive «. .”
El artículo continúa lamentando la política de «covid cero dinámico » de China, que ha salvado objetivamente millones de vidas y ha hecho que las cadenas de suministro de China sean resistentes y confiables para los inversores globales.
No mencionó, por ejemplo, un informe de enero de Citigroup, basado en tres encuestas realizadas por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en China, la Cámara de Comercio de China en la Unión Europea y la Organización de Comercio Exterior de Japón, que encontró que las tres colocan a China como su favorita. lugar de inversión específicamente debido a su estrategia de contención de COVID-19.
El editorial del WSJ también apuntó a una » represión de la especulación inmobiliaria» que aparentemente está perjudicando a la gente promedio a medida que caen los precios de las propiedades. Señala: “ La propiedad es la principal fuente de ahorro para muchas familias chinas. Sin embargo, no menciona que los precios inmobiliarios en alza, en primer lugar, muestran todas las características poco saludables de una burbuja, pero también están excluyendo a los jóvenes de la propiedad de la vivienda en todo el mundo.
De hecho, el WSJ ni siquiera entra en detalles para citar la respuesta de Beijing a sus desafíos económicos además de decir “ estímulo monetario. Un punto de partida simple podría haber sido un informe de la reunión del Buró Político Central del Partido Comunista de China del 28 de julio que abordó exactamente estos mismos temas, incluido lo que el WSJ citó como un problema del lado de la demanda.
Junto con la apariencia de la cobertura de rutina de China por parte de los medios impresos propiedad de Murdoch, uno no puede evitar sentir que todo está hecho a propósito. Permítanme dar algunos ejemplos más notables.
¿Qué tal cuando el New York Post, propiedad de Murdoch, publicó una columna del senador de Missouri, Josh Hawley, que extrañamente afirmaba que Estados Unidos estaba adoptando » puntuaciones de crédito social » como » la última importación corporativa de la China comunista» a pesar del hecho de que no solo no existe todo- que abarca el sistema de crédito social orwelliano en Estados Unidos, ni siquiera hay uno en China, como argumenta Vincent Brussee , analista del Instituto Mercator para Estudios de China.
O, para no ser superado por su publicación hermana, cuando el WSJ publicó una columna de opinión en octubre de 2021, esta vez dando aire a la infame teoría del origen de la fuga de laboratorio de COVID-19. El columnista de Los Angeles Times y ganador del premio Pulitzer, Michael Hiltzik , desmanteló magistralmente esta pieza de propaganda y señaló que los dos autores de la pieza del WSJ ni siquiera son virólogos capacitados.
“La sección de opinión del Wall Street Journal tiene el deseo de retratar a China como una entidad siniestra, y la pandemia ha sido un garrote superlativo contra un país que se ha convertido en una potente amenaza para la primacía económica mundial de Estados Unidos”, concluyó Hiltzik, y agregó que esas piezas solo avergonzarían a los periodistas serios del WSJ.
Sin embargo, es difícil discernir exactamente a qué periodistas serios podría haberse referido Hiltzik, porque cuando se trata de China, los medios de Murdoch confían en gente como Wenxin Fan o Didi Tang , con The WSJ y The Times of London respectivamente, que llevan agua para el imperialismo estadounidense al difundir las narrativas de “Libertad para Hong Kong” o “ Genocidio Uygur”.
Lo que es aún más siniestro acerca de los medios propiedad de Murdoch, como se supo en un informe de mayo de 2020 del Sydney Morning Herald, es todo el complejo simbiótico que rodea las narrativas que impulsan. Ese informe encontró que el Daily Telegraph, propiedad de Murdoch en Australia, publicó un informe basado en un «expediente» de 15 páginas aparentemente filtrado de una agencia de inteligencia, que supuestamente mostraba que China destruyó documentos relacionados con el coronavirus en Wuhan, pero se encontró el «expediente». ser altamente sospechoso y aparentemente basado en información pública, sin la participación de ningún servicio de inteligencia.
En particular, este informe de noticias fue recogido y utilizado por testaferros de seguridad nacional de EE. UU. y provocó un debate político serio en Australia y EE. UU. Ahora ni siquiera estamos hablando de desinformar al público en general, sino a funcionarios gubernamentales reales y personas con poder. Muestra el daño que la desinformación puede causar a la sociedad y por qué las personas deberían pensarlo dos veces antes de consumirla.
