Nacionales Politica

La visita de la señora Sherman, subsecretaria de Estado de los EU, a la República Dominicana

Escrito por Angel Moreta

Por: Ángel Moreta (Autor-Editor)

 

Los Estados Unidos insisten en proyectar desde el año pasado 2022 una misma línea en relación con la crisis de Haití y la solución dominicana a tal crisis. Estados Unidos cree que los problemas de Haití deben resolverse a través de la República Dominicana, que viene siendo presionada para que sirva de ariete a la geoestrategia del Departamento de Estado.

La geoestrategia de EU es una herramienta al servicio de los intereses norteamericanos. Consiste en desarrollar la tesis de que hay una solución dominicana a la crisis haitiana; y la del presidente Abinader es que debe desarrollarse un pacto nacional por el desarrollo y la democracia con la concurrencia de otros sectores políticos del país.

Esa posición no motiva a los partidos contrarios al gobierno dominicano y al Poder Ejecutivo. Algunos inclusive sostienen que es responsabilidad exclusiva de la Cancillería y del presidente, que son los encargados de la política exterior de la República Dominicana.

Pero la verdad es que el problema haitiano debe comenzar a resolverse a través de la concurrencia internacional y de la búsqueda de un consenso internacional amistoso con respecto a Haití, lo que quiere decir que no es una intervención militar, sino una intervención amistosa y positiva.

Pero Estados Unidos busca para un futuro corto, a través de sus satélites, Canadá y Francia, una intervención militar contra el pueblo haitiano. Los Estados Unidos son experimentados interviniendo países latinoamericanos, y particularmente en relación a Haití tiene una magnifica experiencia sobre la intervención militar en esa nación. El Departamento de Estado de los EU mantiene una óptica permanente, una mirada y una observación perpetua con respecto a la política de Haití.

Recordemos que Haití estuvo 24 años bajo un régimen de intervención militar y después de la evacuación de las tropas norteamericanas vinieron grandes empresas azucareras y desarrollaron la industria de la caña de azúcar, creando para ello las condiciones de explotación de la masa campesina en los alrededores de Puerto Príncipe.

En esa ocasión los grandes magnates de la caña industrializada, asesinaron a más de 20 mil campesinos que tenían sus economías familiares en esos terrenos. Por lo cual podemos decir que no es ahora que el Departamento de Estado se ocupa de Haití, sino que el asunto viene de muy lejos atrás. Pero la verdad de todo es que nunca han dejado de tener a Haití como un objetivo cuyo azúcar y café los endulzan a su manera.

Estrategia de los Estados Unidos últimamente

Estados Unidos insiste en las acusaciones de que la República Dominicana es racista y que por tanto aquí funciona la discriminación racial, pero una cosa piensa el burro y otra el que lo apareja. El burro piensa que la política haitiana está libre de toda complicidad y el que lo apareja piensa en la necesidad de que los países vecinos busquen una solución a la crisis de Haití en compañía de la República Dominicana. Son dos cosas diferentes.

Primero tuvimos la insistencia y la simulación del señor Robert Thomas, a veces llegando a la insolencia contra la República Dominicana y sus autoridades. Este fue el primero que lanzó en la actual coyuntura el boomerang de que República Dominicana es racista, practica la discriminación y explota a los trabajadores del hermano país. Inclusive llego a acusar al Central Romana Corporation de esas mismas conductas con respecto a los trabajadores aludidos. En realidad, fue una actitud de infamia e irrespeto total contra República Dominicana.

Esos funcionarios de la Embajada Norteamericana creen realmente que somos un patio trasero de la Casa Blanca. Ofrecen criterios y opiniones, intervienen, practican la injerencia sistemática; son exageradamente abusadores y no respetan la vida institucional de este país. Hablan mentiras y luego se van como Juan por su casa, dicen barbaridades y penetran en el despacho presidencial para obtener un beneplácito o la firma de una exploración mineral o de una línea estratégica de comunicaciones. La primera está claro que es la empresa Apache. La segunda está claro que es la línea de comunicaciones que quieren vendernos, inclusive pasándole por encima a Indotel.

La segunda fue la visita de la señora Richardson, generala de la OTAN latinoamericana que pretende ser el Comando Sur de los Estados Unidos. Richardson habló claramente que vino al país por el problema haitiano y a imponer la solución a dicho problema siguiendo las propuestas del señor Robert Thomas.

haiti

Haití y Rep. Dom.

Después de la visita de la señora Richardson, vino la carta de la ex embajadora de los Estados Unidos en Puerto Príncipe, en la cual solicita la intervención militar en Haití, como una solución necesaria para el hermano país. Esa carta fue publicada, entre otros, por nuestro medio digital Debate Plural. En esa carta se vio claramente la mentalidad de los funcionarios norteamericanos.

Entre otras cosas dice la ex embajadora: “Puerto Príncipe tiene el mayor número de secuestros en el mundo, cada semana la gente es baleada y quemada. Los niños en los orfanatos están aterrorizados por las balas que vuelan sobre sus cabezas sin que se preocupen por su seguridad. La policía nacional de Haití tiene menos armas, menos miembros y mucho menos dinero que las pandillas para llevar a cabo sus operaciones”.           

La ex embajadora considera que es un Estado fallido porque “todos los actores internacionales siguen diciendo que es necesario fortalecer la seguridad, hacer crecer el sector privado, mejorar la educación y los servicios de salud”. Pero hay que admitir que lo que se necesita ahora no es un plan complicado de cinco años para resolver todos los desafíos de Haití, sino que las “botas militares” sobre el terreno ahora serian la única solución.

Sin embargo, interpretamos que no es un Estado fallido, sino un Estado canalla cuyas élites y troikas dirigen el Estado según sus necesidades y ambiciones, y dejan el Estado en la miseria de tal modo que no puede hacer nada por las necesidades de la población haitiana.

Luego viene la visita de la subsecretaria Sherman, a conversar directamente con el presidente Abinader porque está “preocupada” por los problemas políticos de la hermana nación. Pero no olvidó dejar un regalo de seis millones de dólares, regalo que se utilizaría para reforzar la economía dominicana, pensando que con esto contribuye con el problema de Haití.

Robert Thomas

La señora Sherman dejó ese regalito para que el presidente Abinader utilice esos dólares para ayudar de algún modo con el patio trasero que somos desde hace más de cien años, desde la convención dominico-americana de 1907.

Sobre el racismo de los dominicanos, esta vez no hizo como el señor Robert Thomas que explotó su cohete e inmediatamente puso los pies en polvorosa hacia la capital de los Estados Unidos donde trabajaría con los problemas de Latinoamérica.

Abinader propuesta de un pacto con Estados Unidos

Ellos buscan llevar a su propio terreno al presidente Abinader. Han luchado para que la República Dominicana acepte la intervención y acepten que somos racistas y que, por ende, discriminamos a los haitianos porque son pobres y negros, pero sin embargo a la señora Sherman le preocupa el “trato desigual” basado en su color de piel, por lo cual lamenta que los negros norteamericanos que vienen al país son discriminados. Es una contradicción de la señora Sherman, pero es la misma cantaleta del señor Robert Thomas.

Las autoridades de los Estados Unidos no están dispuestas a admitir que ellos son los verdaderos racistas, que discriminan la población negra norteamericana, asesina impunemente a los negros en las calles y que una parte importante de esa población forma parte de los 300 millones de negros, pobres que pululan en todas las ciudades de los Estados Unidos.

No se arrepienten de la impunidad causada por la muerte de los negros a favor de quien luchó Martin Luther King, que fue asesinado con arma de fuego en una de las calles de Memphis el 4 de abril del 1968.

Acerca del Autor

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

Deja un Comentario