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La vida feliz de la democracia elevada al rango universal de régimen social único 

Escrito por Angel Moreta

Los partidos políticos tradicionales y la democracia

Por: Ángel Moreta (Autor-Editor)

La mayoría de los partidos políticos tradicionales, sin mayoría, pero con ambiciones de vivir del Estado y de las asignaciones presupuestarias correspondientes, trafican con influencias y encubren las graves distorsiones de un sistema político depravado y corrompido. Los últimos elementos que aparecen en relación con esos partidos tradicionales es que se han unificado todos hacia la derecha dominicana; que con esa unificación han apoyado la reelección consecutiva. También han contribuido con el partido gobernante en cuanto se refiere a la reforma constitucional que realizó el partido gobernante. Se supone que obviamente llovió el dinero, el reparto del presupuesto, los nombramientos administrativos y del área del exterior, sin mencionar los organismos internacionales como el parlamento centroamericano, pues estos partidos precisamente lo que buscan son oportunidades de enriquecimiento.


En la democracia latinoamericana predomina el modelo neoliberal vigente en República Dominicana desde la década de los años 70 del siglo XX y los medios de comunicación monopólicos no son útiles para denunciar esta situación. Los hechos punibles posibles, de los cuales se beneficia un conjunto de políticos partidistas y politicastros improvisados y malvados, lo que han hecho hasta hoy ha sido defraudar las finanzas públicas mediante enriquecimiento sin causa, sobornos, chantajes, tráfico de influencias, guerra mediática, sicariato, contrabando, robo de bienes de todo tipo y demás hechos que pertenecen al mundo del crimen.


Este modelo político convive con la llamada democracia dominicana y, a su vez, la democracia convive con la corrupción y por eso dijimos en artículo anterior que los partidos políticos tradicionales a que nos venimos refiriendo generalmente se unen y se apoyan mutuamente para el enriquecimiento ilícito mediante el lumpen empresarial, la falsificación de calidad de los productos, los crímenes aduanales, el contrabando, la falsificación de productos y medicamentos con apoyo del Estado democrático canalla, que se autodefine grandilocuentemente como “social y de derecho”, pero en el fondo es un Estado corrupto, utilizado por las elites corruptas, y que no es capaz de empujar las grandes transformaciones que necesita el país.

Palacio Nacional


En la democracia dominicana estos partidos no son herramientas de participación popular y de transformaciones sociales; más bien son antipedagógicos, oportunistas y clientelistas, incapaces de enseñar a las generaciones nuevas a defender la soberanía del país y la autodeterminación de los pueblos. Por eso estuvieron de acuerdo hace pocos años con el presidente de turno que firmó un contrato eufemístico e intervencionista con el ejercito de los Estados Unidos, mediante el cual el Poder Ejecutivo cede una porción del territorio nacional a los Estados Unidos para una base militar encubierta.
Esa es la realidad política engañosa que nos caracteriza desde hace varios años; en definitiva, toda la riqueza que los politicastros despilfarradores se apropian por medio de los privilegios que detentan, esos dineros van directamente a sus bolsillos y por ello constituye una clase política justificadora del modelo neoliberal y de los actuales procesos económicos y sociales de explotación social del pueblo dominicano. Se trata de una clase política que caracteriza al país desde hace varios años. En definitiva una clase política egoísta, que solamente aspira a llenarse los bolsillos, independientemente del esfuerzo para buscar soluciones fundamentales a los problemas de la República Dominicana.


La democracia y la violación de los derechos humanos


Negar las violaciones a los Derechos Humanos, derechos económicos y sociales, y derechos políticos, es algo cotidiano que ha sido objeto de exposiciones y denuncias por distintas organizaciones internacionales que anualmente rinden informes sobre tales situaciones.


Las violaciones están en todas partes del territorio nacional a vista de ojos; por ejemplo, robarse el patrimonio público es una violación de los Derechos Humanos; enriquecerse sobre la base de descuartizar y privatizar los ingenios azucareros y las empresas públicas, también constituyen tales violaciones, porque engendran desempleo, pobreza, precariedad familiar y miseria; mantener bajos salarios en las zonas francas industriales, no importa que la mano de obra sea extranjera, también tiene esa característica.


El descuartizamiento de terrenos urbanos que podrían destinarse a la vivienda social, tales por ejemplo los terrenos del CEA, también; los hospitales despauperados y los servicios de salud miserables, también violan Derechos Humanos.


La seguridad social explotadora y la administración discriminatoria de los fondos de pensiones y jubilaciones; la precarización y verticalizacion del trabajo; las jornadas de trabajo excedentes; el robo de residenciales de maestros, y de vacacionales de profesores (ejemplo Jarabacoa y Constanza); sacar los campesinos de Valle Nuevo sin darles respuestas sociales y permitir al mismo tiempo que altos jerarcas militares permanezcan en las montañas y laderas, orondos e intocables, con viviendas señoriales construidas con los favores del poder y de los cargos que ocupan; condenar a un astreinte de 50 mil pesos por parte de una juez que busca nombramientos y ascensos futuros, contra los maestros de la ciudad de Barahona por causa de una protesta sindical (permitida por el Código de Trabajo); permitir el robo de las playas, montañas, lagos, lagunas, riberas de los ríos y demás recursos acuíferos; todos constituyen también, sin excepciones, violaciones de los Derechos Humanos.


El funcionario que funda empresas fantasmas para sacar arenas y materiales de los ríos y playas para la construcción de infraestructuras, para la venta de un producto; el funcionario que mediante compañías engañosas e ilegales defraudan y engañan el Tesoro Público, fundan empresas que representan falsos positivos, y se dedican al monopolio de ventas y productos determinados, todo ello también engendra miseria, desempleo, enriquecimiento ilícito, y también son hechos de violación de los Derechos Humanos y sociales porque conducen a la precarización de la vida. (Continuará).

Acerca del Autor

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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