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República Dominicana cae en la celada de Estados Unidos en la ONU: intervención militar de Haití

Escrito por Angel Moreta

Por: Ángel Moreta (Autor-Editor)

 El gobierno de Trump mantiene silencio total sobre la situación de Haití. Sin embargo, no cabe dudas de que Estados Unidos tiene dentro de su geoestratégia política y económica, los pasos concretos que va a efectuar en los próximos meses.

El gobierno de la República Dominicana no ha descansado pidiendo ayuda y cooperación para la república vecina. Ha solicitado cooperación internacional a las Naciones Unidas, a la Organización Mundial de la Salud, al comercio internacional y a las repúblicas latinoamericanas que podrían contribuir con el mejoramiento de la situación de esa república.

La oligarquía comercial de la República de Haití ha consentido en todas las metas que el gobierno dominicano ha planteado a los organismos internacionales, pero se produce un silencio absoluto en todo lo que hace República Dominicana, que lo ha hecho de muy buena fe, pero articulada en los grupos económicos y financieros de Estados Unidos.

Por ejemplo, República Dominicana no ha pedido ayuda o cooperación a Venezuela o a Cuba, para que ayuden a mejor la situación en Haití. Es una posición política que tiene por debajo la imposibilidad de que esos países ayuden a la República de Haití y contribuyan con la vida económica y social de esa nación vecina, sobre todo después del asesinato del presidente Moise que fue un crimen cruel en contra de las familias haitianas, y en todo lo que ha hecho República Dominicana, existe un desprecio a la participación de Venezuela y Cuba, lo que revela un espíritu de discriminación de tipo político y una situación de ignorar lo que es bueno para uno y lo que es desfavorable para otro.

La diplomacia dominicana, figura como satélite de los intereses norteamericanos, satélite de los intereses de Estados Unidos. Las relaciones internacionales de Haití y la República Dominicana serían mucho mejores y de mayor calidad si se efectuaran en un clima de respeto a la autodeterminación y de compromiso con la soberanía de los pueblos.

 ¿Por qué asesinaron al presidente Moise? Al igual que en otros casos acontecidos en África, en América Latina, estos tipos de asesinatos se parecen a todos los asesinatos ocurridos en las últimas décadas en América Latina: el hecho concreto de que los gobernantes atacados caen dentro del campo de la libertad, de la soberanía y de la emancipación.

Comparemos los datos de Chile con Salvador Allende, los de Nelson Mandela en África del Sur; los de Patrice Lumumba en El Congo; los de Panamá, invadida el 24 de diciembre de 1989, por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Y es que en América Latina, por ejemplo, hemos tenido pocos regímenes en los cuales haya imperado la liberación y la emancipación con respecto al colonialismo y al neocolonialismo, que siempre ha avasallado a los pueblos del continente.

Primero hubo las democracias liberales, que surgieron como consecuencia de la dominación de los Estados Unidos y luego el fin de la esclavitud moderna en nuestros países. Pero al mismo tiempo esas democracias surgieron de las raíces del colonialismo y llevaban en su ropaje el germen de las democracias canallas. Eso era un resultado magnifico para Estados Unidos e Inglaterra y demás democracias del continente, que convirtieron en satélites a las democracias que no pudieron alcanzar la autodeterminación y la soberanía.

Democracias canallas que aquí quiere decir: sistema de democracia liberal y neoliberal con fuerte carga de privatización de los bienes e inversiones públicas nacionales internacionales; además de las grandes empresas minerales, energéticas, económicas, empresariales, financieras y bancarias, que invadieron todas las llanuras, las montañas, los valles y en general todas nuestras riquezas. Por esas razones les llamamos democracias canallas, democracias privatizadoras, democracias satélites.

Pero volviendo a Haití, en donde la intelectualidad se ha marchado a las universidades de México, Canadá, Cuba y otros países no menos destacados. El pueblo haitiano ha quedado en la inopia, sin ideologías progresistas, sin poder hablar de convertir las repúblicas en entidades libres e independientes, sino en entidades satélites, esclavizando a la clase obrera, a las juventudes y permitiendo que Haití sobreviva en medio de la miseria y del espanto político.

Obviamente la República Dominicana, envuelta en una onda de propaganda y desinformación, en una onda de crecimiento y modernización y Haití en el empobrecimiento y la miseria engendrada por el colonialismo y el neocolonialismo. Haití, en cambio, un país desangrado por el hecho de que los sectores medios (clases medias), están prácticamente en una crisis estructural que le hace imposible sobrevivir como tal.

Haití, un país en el cual principalmente hay sectores pobres y sectores ricos. Las masas pobres, sin esperanzas de llevar una vida digna y donde se encuentran ambos factores, los sectores pudientes (ricos) y los sectores pobres y miserables. En Haití se encuentran ambos factores, de donde nace cierta discriminación social pero el pueblo dominicano no comparte esas formas violentas del trato personal y la cooperación social y económica.          

El pueblo dominicano no guarda discriminación racial contra el pueblo de Haití, más bien tiene solidaridad con las causas y consecuencias de una malvada situación que mantiene en la esclavitud mental y material a la población haitiana, esa que no ha tenido Estados Unidos en la ONU, que más bien ha utilizado para presentar una falsa solidaridad, esperando el momento oportuno para dar un golpe final, un golpe de Estado.

Estados Unidos persigue la intervención de Haití

Los gobiernos imperialistas norteamericanos persiguen la ocupación del territorio de ese país y la invasión de Haití, con el fin de apoderarse del país entero, de sus riquezas, de sus minerales, de sus recursos energéticos y naturales.

Lo hemos dicho, persigue la agresión a Haití, busca la violencia, el engaño, el crimen y la desinformación; pero siente la vergüenza que representaría un golpe de Estado alevoso por parte de Estados Unidos.

Un país que tiene muchas riquezas minerales, tierras raras, oro y otros minerales y probablemente petróleo, pero aun así siente la vergüenza mencionada a esta altura de los acontecimientos de América Latina.

Acerca del Autor

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

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