Por: Ángel Moreta (Autor-Editor)
No hay comparación del crimen en ningún país del mundo que pueda compararse con Estados Unidos por prácticas del terrorismo, por la violencia y el racismo y la discriminación, por la eliminación de poblaciones, por el robo y el saqueo de bienes naturales y minerales y por las burdas mentiras y justificaciones falsas sin fundamentos, el apartheid racial y cultural, y por las invasiones de otros países hermanos mediante la incursión violenta de sus fuerzas armadas y de inteligencia, como lo hace esa nación.
Así en la República Dominicana, en Panamá, en Chile, en Grenada. La trayectoria histórica y las actuaciones criminales de Estados Unidos en América Latina comenzaron en 1823 con la doctrina Monroe, es decir que esos abusos, son producto de las componendas, de la tolerancia y el clima continental del cual se ha aprovechado el ministerio de defensa (hoy ministerio de la guerra); tienen más de cien años de presencia desde el 1823 hasta la actualidad. Se han cumplido doscientos años de intervenciones armadas en más de veinte países del continente latinoamericano.

Sin contar las atrocidades cometidas en otros países del mundo. En República Dominicana fueron tres intervenciones, en 1903, en 1916 y en 1965.
Hay que tener en cuenta la masacre y los crímenes contra los habitantes originarios Apache y Sioux, por ejemplo, fueron víctimas de violencias, objeto de discriminación y matanza, de asesinatos, envenenamientos y fusilamientos crueles.
Hasta un pensador como Hostos (1833-1903), que estuvo entre nosotros durante las tres últimas décadas del siglo XIX, propiciando un nuevo sistema educativo y cultural, pudo ver en la introducción a su Ética, esa corriente universal de expansión territorial, de odio, violencia genocida, que pusieron los Estados Unidos en práctica contra esas poblaciones originarias.

Las intervenciones de venezolanos traidores, terroristas, genocidas y bandidos vende patria, son de tal envergadura que superan a los supremacistas de Estados Unidos. En ese grupo se encuentra la vende patria y supremacista Corina Machado, opositora venezolana que proclama la necesidad de derrumbar y liquidar el gobierno legítimo venezolano de Nicolás Maduro, pase lo que pase.
El terrorismo ha sido la vocación de Corina Machado. El terrorismo ha sido la conducta usual de esa mujer vende patria, asociada y en componenda con otros malvados de la oposición política de ese país, y con los gobiernos siniestros pro imperialistas del continente.
Esta señora que se hace decir de la oposición venezolana, es una persona siniestra que se presta a entregar los recursos naturales para que sean saqueados por Estados Unidos. Se presta a reír con Hillary Clinton por la muerte salvaje que recibió Moamar Gadafi en Libia, quien fue defenestrado mediante la traición y el engaño, y fue sodomizado por una multitud pagada en plena vía pública. Pero Gadafi defendía el petróleo de Libia y fue asesinado en esa forma siniestra bajo la risa cínica de Hillary Clinton que levantó la copa de vino, lo cual se ve en internet, cuando dijo brindo por esa muerte y cuando se expresó de esa forma en presencia de varios funcionarios de su gobierno.
Traicionaron y engañaron a Noriega en Panamá hasta llevarlo a una prisión y producir su muerte, también invadieron Grenada, un país pequeño de 200 mil habitantes; y no bastó con aprisionar a Maurice Bishop, sino que lo asesinaron salvajemente.

¿Puede haber algo más bajo que la opositora Machado apruebe en ingles la dedicatoria de dicho premio a Donald Trump? La mentira en los mass media y en las redes sociales es un fenómeno de la época presente.
Esa mujer no ha hecho nada para obtener el galardón y lo que ha ocurrido es dañar el prestigio, el valor y la credibilidad del Premio Nobel de la Paz. Que además no puede ser porque ella a lo largo de todos sus años lo que hecho es la guerra al pueblo venezolano, contribuir con el robo del oro, del petróleo, de las empresas venezolanas en Colombia y Estados Unidos, beneficiarse de toda esa riqueza, incendiar cuerpos de ciudadanos, procurar y recibir armas de Estados Unidos, despedazar las posibilidades de progreso y desarrollo de Venezuela y convertirse en una perenne enemiga de los países del continente latinoamericano.
Corina Machado es genuina representante del imperialismo en la República Bolivariana de Venezuela, una aliada fundamental de los intereses mezquinos en contra del régimen bolivariano, por lo cual no merece recibir el galardón que le ha otorgado las gentes que dirigen la fundación Alfred Nobel.