Germán Gorráiz López (Aporrea, 17-10-25)
EEUU buscaría tan sólo forzar negociaciones con el Gobierno de Maduro para sustituir a las empresas rusas y chinas de la región por empresas estadounidenses.
Antecedentes
Desde agosto, EE.UU. ha enviado al menos ocho buques de guerra al Caribe, 10 aviones F-35 a Puerto Rico y alrededor de 10.000 tropas bajo el pretexto de combatir carteles de drogas como el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles (designados como organizaciones terroristas). El 2 de septiembre, un misil de un destructor estadounidense hundió un barco sospechoso, matando a 11 personas y desde entonces, se han reportado al menos cinco ataques similares con un total de 27 muertos.
Por su parte, Maduro ha movilizado a la Milicia Bolivariana (4.5 millones de reservistas), declarado una «guerra no declarada», realizado simulacros de defensa y ha advertido de una «lucha armada» si hay ataques directos y ha pedido ayuda a aliados como Rusia y China.
Acciones encubiertas?
El New York Times reveló que Trump autorizó operaciones letales de la CIA en Venezuela, posiblemente raids contra objetivos de narcotráfico o líderes del régimen, pero no una invasión abierta.
En declaraciones del 15 de octubre, Trump dijo: «Estamos considerando tierra ahora, porque el mar está bajo control», culpando a Venezuela de «vaciar prisiones» hacia EE.UU. y vinculando a Maduro con cárteles de la droga pero su secretario de Estado, Marco Rubio ha matizado que «todas las opciones sobre la mesa», con lo que asistimos a medidas de presión para forzar concesiones de Maduro.
¿Por qué una invasión es improbable?
EE.UU. tiene superioridad aérea y naval, pero Venezuela contaría con 4′ 5 millones de milicianos, terreno selvático y cuenta con Rusia y China como posibles aliados y además se necesitarían más de 50.000 soldados, con lo que el actual despliegue militar tan sólo sería un simulacro.
Así, una hipotética invasión a Venezuela costaría al Pentágono miles de millones de dólares, incontables bajas y la elevación del precio del petróleo hasta niveles estratosféricos, por lo que EEUU buscaría forzar negociaciones con el Gobierno de Maduro para sustituir a las empresas rusas y chinas de la región por empresas estadounidenses así como sustituir el petróleo que importaba de Rusia por el crudo venezolano.
El crudo de Venezuela es pesado como el ruso, con lo que Venezuela sería la alternativa energética de Trump para suplir la ausencia del crudo ruso pues Venezuela tendría capacidad de producir unos 3 millones de barriles diarios pero la imposición de sanciones por EEUU provocó la obsolescencia de las instalaciones petroleras venezolanas y una drástica reducción en la producción diaria hasta los 800.000 barriles actuales.