Por: Angel Moreta (Autor-Editor)
Las pautas que se han seguido para la privatización del ingenio Montellano en Puerto Plata, se repiten con los resultados del proceso económico y social de la privatización reciente del ingenio Boca Chica, ubicado en el Municipio del mismo nombre, de la Provincia de Santo Domingo.
En ambas empresas azucareras estatales se produjeron serias irregularidades que dieron como resultado final el desmantelamiento de ambos patrimonios del Estado Dominicano.
Todo este proceso, como hemos señalado, comenzó poco a poco, siendo que piezas y maquinarias, equipos mecánicos e industriales, rieles, vagones, infraestructuras diversas fueron desapareciendo, robados irresponsablemente, trasladados de manera subrepticia por jerarcas militares, con la indiferencia del Poder Ejecutivo; a escondidas y secuestrados hacia fuera de la comunidad de Boca Chica.
El proceso de privatización, que debiera ser objeto de investigaciones de tesis universitarias, fue lento pero agónico, y en él participaron como protagonistas altos militares y funcionarios gubernamentales, apoyados por el silencio, la omisión, la complicidad del Poder Ejecutivo y la falta de supervisión.
Actualmente en los terrenos que ocupaba el Ingenio Boca Chica, queda únicamente desolación, desempleo, escasez y miseria en las familias y comunidades alrededor del ingenio.
Pero algo no pudieron sustraer los prevaricadores y fue la chimenea del ingenio, la cual continúa de pie como un dedo acusador levantado hacia el firmamento, avergonzando a aquellos que irresponsablemente y de manera egoísta hicieron desaparecer ese patrimonio estatal tan valioso y usurparon las tierras que les pertenecían a esa industria.
Tampoco pudieron llevarse o robarse, con la complicidad de la élite palaciega, el hoyo donde se almacenaba la melaza, y que continúa en esos terrenos como una cueva negra amenazante que constituye testimonio monumental desafiante de carácter sociológico de lo que puede hacer siempre la corrupción del alto funcionariato cómplice de los políticos partidistas tradicionales en el Estado Dominicano.
Los conflictos sociales engendrados por la privatización de la industria azucarera fueron manejados y manipulados por la Comisión de Reforma de la Empresa Pública, cuyas actuaciones estaban en plena consonancia con la Comisión de Liquidación de los bienes de Baninter. Algún día la sociedad dominicana podrá conocer las interioridades, el meollo y las intimidades mostrencas de la administración del proceso de privatización por parte de la tríade Banco Central, Comisión de Reforma de la Empresa Pública y Comisión de Liquidación de los bienes de Baninter; tríade funeraria que contribuyó con la expedición de las actas de defunción de las empresas públicas, proceso ocurrido entre los años 1996 y el día de hoy.
Las comunidades y familias alrededor del ingenio Boca Chica y de otros ingenios y empresas azucareras, eran parte del emporio azucarero estatal que fuera creado por la dictadura (1930-1961). Al ser entrevistados los habitantes comunitarios por estudiantes de nuestros cursos de metodología de investigación en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), los resultados hablan muy claramente de su profundo desacuerdo con el desmantelamiento del ingenio Boca Chica. Tal situación se presenta también con el ingenio San Luis, al cual nos referiremos en otro momento.
Una situación económica y social deplorable en esas familias comunitarias, agravada por el alto costo de la vida y las consecuencias que trajo el “hoyo fiscal” dejado en 2012 por el gobierno de Leonel Fernández y continuado por el presidente Danilo Medina, de acuerdo con los lineamientos de la ideología y el modelo neoliberal, que fuera impuesto masivamente a la economía nacional por la ley 141-97.
Dicha ley, ya lo hemos dicho, y lo continuaremos diciendo, fue destinada exclusivamente a poner en manos privadas el patrimonio nacional estatal, caracterizado por ser poseedor de una extraordinaria riqueza material, que ha sido dilapidada sin ninguna manifestación de delicadeza por los sectores que se hicieron hegemónicos y multimillonarios después que alcanzaron el poder político a partir de 1996.
Las consecuencias del proceso de privatización han sido desempleo masivo, agudización de la pobreza, abandono de la producción azucarera, dilapidación de los bienes públicos, apropiación privada en condiciones altamente ventajosas para el capital empresarial, tanto nacional como internacional, todo a base del robo y las prácticas corruptas a partir de 1996.
También desagregación social en las comunidades humanas de la República, acentuación del hambre y la desprotección social; altos niveles de corrupción administrativa, prevaricación, robo, estafa, soborno, asociaciones criminales, contubernios y tráfico de influencias.
Dichas consecuencias sociales pueden dan lugar a múltiples investigaciones económicas, sociológicas y antropológicas con trabajo de campo. También dieron lugar a que la administración del proceso de privatización vino acompañada de hechos ilícitos, prevaricación y contubernio de cuello blanco, todo con visos de legalidad, los cuales también serian parte de investigaciones sociales en República Dominicana.
Algún día dispondrán los futuros investigadores de datos, materiales y documentos históricos que ayudaran a la comprensión de lo que ha sido un conjunto de procesos negativos para la salud de la sociedad dominicana.
Pero actualmente hay pocas brechas para la investigación cuestionadora, por razones políticas y debido a que las élites palaciegas no quieren ideologías perturbadoras ni investigaciones que muestren la realidad histórica.
Por lo pronto, la universidad estatal en República Dominicana hace esfuerzos, que son exiguos todavía, para producir y proyectar las investigaciones, teniendo como contraparte desfavorable las actitudes mentales paupérrimas que predominan en un sistema de educación superior administrado de forma tal que ha eliminado la importancia de los trabajos de tesis y ha conducido a instaurar los llamados cursos monográficos, verdaderas estructuras comerciales adoptadas por las demás universidades; y cuya consecuencia es eliminar la elaboración de trabajos críticos de investigación sobre nuestras realidades económicas y sociales.
(En el próximo trabajo continuaremos el tema y nos referiremos a la privatización de la base militar de la Armada Dominicana y su traslado a los terrenos del ingenio Boca Chica; y la suerte que correrán tanto los terrenos de la Armada como de las fértiles tierras del ingenio Boca Chica, actualmente en proceso de degradación y usurpación en base al poder y tráfico de influencias).