El presidente del Tribunal Constitucional (TC), Milton Ray Guevara, considera que los delincuentes tienen que estar en las cárceles y no en las calles.
Dijo que no pasa un día “sin que se produzcan espeluznantes casos de criminalidad, en abierto desafío a la paz y a las autoridades públicas”.
Afirma que el Código Procesal Penal ha sido percibido por la ciudadanía como “el código de la delincuencia”, y cuestionó el hecho de que haya “más protección para el delincuente que sobre la misma víctima”.
“Eso no puede ser claro, ya que tenemos ese Código, hay que tratar de ajustarlo a esas realidades, a la normativa, porque la culpa no solo es de los jueces, la culpa es de la legislación también, porque los jueces dicen que ellos aplican la normativa, entonces hay que dejar de buscar justificaciones”, enfatizó.
Ray Guevara habló en esos términos luego de sostener un encuentro con los directores de medios, en la sede de la institución, en cuyo encuentro participó el director del LISTÍN DIARIO, Miguel Franjul; de El Nuevo Diario y presidente de la Sociedad de Diarios, Persio Maldonado; de El Caribe, Osvaldo Santana, y de Hoy, Bienvenido Álvarez Vega.
Sostuvo que lo peor que pudo haberle pasado al país fue la derogación pura y simple del Código de Procedimiento Criminal, promulgado por decreto el 27 de junio de 1884, tras señalar que el referido código vino de Francia.
Explicó que después de más de un siglo de aplicación del Código de Procedimiento Criminal, lo racional hubiese sido una evaluación de sus resultados en el tiempo y una adecuación a las nuevas realidades, pero no borrar de golpe toda una tradición jurídica.
“El país nunca debió, a mi juicio, adoptar de esa forma una reforma de la normativa procesal penal. Nosotros teníamos un código de Procedimiento Criminal que venía de Francia, con una estructura con una modalidad, y entonces eso debió haberse puesto al día, es decir, ajustado a las nuevas realidades económicas, sociales y culturales”, adujo Ray Guevara.
Aseguró que era más sencillo modificar las disposiciones inadecuadas, eliminar aspectos innecesarios o contradictorios, e incluir aportes jurisprudenciales nacionales y de la doctrina extranjera, particularmente la francesa.
Sostiene que el referido código es un instrumento jurídico que tiene la particularidad de que cada quién lo interpreta a su mejor conveniencia.
“Hay muchos que han hecho de su defensa una especie de compromiso de honor, independientemente de lo que el mismo está significando en la vida de los dominicanos”, apuntó Ray Guevara.
Comparte
Dijo que le satisface plenamente lo afirmado por el presidente Danilo Medina, “de la frustración que siente la gente cuando ve que un crimen ha sido cometido por un individuo que ya había sido detenido múltiples veces”, porque aquello representa el sentir ampliamente mayoritario del pueblo dominicano.
Sostuvo que para combatir la delincuencia no basta con reformar los códigos; no basta con la aplicación severa de la justicia, sino más bien enfocar el aspecto social de la formación de la educación y del trabajo técnico profesional.
Las dificultades
Aseguró que pese a las limitaciones que afronta por falta de espacio, durante 4 años y 7 meses de existencia, ese tribunal ha emitido cerca de mil 800 sentencias, como resultado del arduo trabajo de sus jueces y letrados.
Manifestó que urge para el TC contar con una sede en la que los jueces, letrados, funcionarios y empleados puedan desempeñar sus labores en un ambiente adecuado y digno.
Indicó que actualmente laboran, prácticamente, uno encima de otro, mientras algunos tienen que ejercer sus funciones en furgones.
Recordó que el presidente Danilo Medina entregó un edificio para la sede del TC, ubicado en la avenida John F. Kennedy, pero que falta remodelarlo para que pueda funcionar como la casa del órgano constitucional dominicano.
Declaró que el esfuerzo de los jueces del TC por preservar la supremacía de la Constitución, y garantizar los derechos fundamentales, ha provocado cambios en la vida de los dominicanos que han visto en la alta corte a la defensora de sus derechos.
Refirió que en 2012, su primer año de labor jurisdiccional, el TC produjo 104 sentencias; en 2013, las superó con creces, al aprobar 290; en 2014 fueron 407; en 2015 se elevaron a 626, y en lo que va de 2016 los jueces han aprobado 390 sentencias.
CONVENIO Y METAS
Como parte de su propósito de lograr abrevar en los ciudadanos sobre el contenido de la Constitución, de manera que conozcan sus derechos y sus deberes, el Tribunal Constitucional ha firmado numerosos acuerdos con instituciones nacionales y extranjeras con miras a concretar esas metas.
Los convenios firmados en octubre y noviembre de 2012, con la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), están entre los de mayor provecho a los propósitos del TC para lograr que los ciudadanos se empoderen de sus derechos y deberes y puedan hacer realidad el empeño de sus magistrados de que éstos vivan en Constitución.
De igual modo, los acuerdos con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), han propiciado importantes avances de contenidos teóricos y tecnológicos.
Asimismo, como parte de una política encaminada a acercar al Tribunal Constitucional y sus magistrados a los diversos sectores de la población, en 2012 el Pleno de jueces dispuso un programa de presentaciones en las distintas provincias, iniciando con la Audiencia Solemne de Instalación de la alta corte, el 26 de enero, en el Aula Magna de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en la que el magistrado presidente del TC, Milton Ray Guevara, pronunció el discurso central.
La siguiente se produjo el 6 de noviembre de 2012, con motivo al Día de la Constitución y tuvo lugar en la provincia de San Cristóbal, donde se firmó la primera Constitución con la conferencia magistral, “Síntesis histórica de la evolución de la Constitución y la creación del TC”.