Por: Ángel Moreta (Autor-Editor)
Un embeleco es una creación malintencionada de algo falso que persigue engañar a algún consumidor o receptor. En nuestras sociedades capitalistas latinoamericanas los medios de comunicación ponen en circulación embelecos fabricados para darle vigencia a algún componente que pretenden o que necesitan poner políticamente en movimiento mediante publicidad exagerada.
En el caso de Haití Estados Unidos ha creado el embeleco de las denominadas bandas haitianas, les ha facilitado armas que vienen desde la Florida y otros Estados. El interés de esta potencia neocolonial es producir condiciones extremas de inseguridad para la población, principalmente en la capital Puerto Príncipe, para crear pánico y desesperación.
Ese embeleco no tiene vigencia en el interior de la República de Haití, pero los medios de comunicación internacionales presentan la situación de violencia como si fuera una revolución que se está produciendo en todo el territorio nacional. La propaganda arropa los acontecimientos y los presenta como generales en el territorio haitiano.
Ya conocemos la forma de proceder de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, siempre en consonancia con sus estrategias e intereses propios; pero nunca a favor del pueblo de esa república. Ya conocemos en el mundo el proceder y las actuaciones criminales e indolentes que pone sobre el tapete de cada país esa potencia neocolonial, cuyas prácticas terroristas son universalmente conocidas, preparó y ejecutó descaradamente el asesinato del presidente electo Juvenel Moise, y hasta hoy no se han realizado investigaciones serias que permitan dilucidar los hechos y castigar seriamente a los culpables.
Asesinaron a Salvador Allende, y a Patrice Lumumba e invadieron Grenada y asesinaron al presidente de entonces Maurice Bishop; lanzaron dos bombas atómicas sobre la población civil; han asesinado otros presidentes y han utilizado armas químicas en varias latitudes continentales, y nada ha pasado. Se burlan de la justicia penal internacional y manejan todos los organismos multilaterales, incluyendo la Organización de la Naciones Unidas (ONU).
En próximos artículos examinaremos el terrorismo de Estado que siempre han utilizado los gobiernos norteamericanos en guerras de agresión, en guerras de anexión, en acciones de piratería y robo de recursos naturales de los países pobres, entre los cuales hay que incluir a la República de Haití y a la República Dominicana, pueblos ambos explotados y humillados desde hace más de cien años.
Pero esos gobiernos terroristas de Estado de la nación norteamericana no tienen moral para justificar tantos crímenes y asesinatos, saqueos, robos, conspiraciones, golpes de Estado, invasiones, robo de recursos naturales, robo de petróleo, atentados, amenazas, destrucción de gasoductos, negocios ilegales de armas, negocios de armas biológicas y químicas, laboratorios biológicos para la fabricación de armas químicas, propaganda falsa, embelecos y miles de otras acciones y tropelías que cometen los gobiernos neocolonialistas de ese país.
En nuestro artículo del 5/10/2022, nos referíamos al embeleco de las denominadas bandas haitianas, a propósito de la obscena carta de la señora ex embajadora norteamericana en Puerto Príncipe, entre los años 2013 y 2016, dicha señora ofrece en una carta un bizcocho envenenado a la opinión latinoamericana para justificar lo injustificable que es la tesis de que la única solución actual en Haití es la intervención militar, lo cual constituye también un embeleco azucarado, una mentira descarada, un invento oportunista producto de una imaginación enfermiza saturada en falsedades, que es la costumbre en la diplomacia del Departamento de Estado.
En el referido artículo decíamos lo siguiente:
Estados Unidos busca crear las condiciones para una intervención militar. Organizó pandillas armadas para destruir la seguridad de ese pueblo; organizó una propaganda abrumadora en el mundo en el sentido de que en Haití no hay autoridad que funcione, todo es difícil e imposible, Haití tiene el mayor número de secuestros; no hay quien pueda dirigir el Estado, no existe seguridad, esa nación es un desastre y todos los días salen en primera plana de los medios de comunicación las fotografías de los bandidos como héroes destacados de las luchas sociales por la democracia.
Y para evitar más “carnicería” en Haití, no hablemos de elecciones bajo la actual crisis caracterizada por el infierno y el mayor grado de violencia e inseguridad.
Ese es el verdadero propósito de Estados Unidos: desacreditar a la República de Haití con la complicidad de los grupos y élites gobernantes que son los verdaderos delincuentes que entregan la riqueza natural, la riqueza minera, todos los recursos de Haití a las naciones extranjeras y a las empresas multinacionales que tanto en esa nación como en la República Dominicana actúan para el proyecto de destrucción de nuestras economías y naciones.
La carta de la señora ex embajadora Pamela White es un verdadero atolladero conceptual que de manera obscena pretende justificar lo que hemos venido señalando en artículos anteriores: el propósito de los Estados Unidos de producir una estampida de haitianos hacia la República Dominicana y el mundo y crear las condiciones de una intervención militar cruenta y salvaje, que una vez más le niega al pueblo haitiano sus posibilidades de desarrollo, su soberanía y su autodeterminación.
Dominación total de la República de Haití
Estados Unidos ha utilizado a las bandas armadas en muchos países, bajo consignas políticas engañosas, con el fin de producir crímenes, asesinatos, violencia en general, destrucción de naciones, todo acompañado de embelecos. El organom utilizado es la lógica de los embelecos, los cuales tienen muchos elementos en común.
La República de Haití tiene un pueblo humillado y engañado desde hace más de cien años por las potencias neocoloniales de occidente y de los Estados Unidos principalmente. Las bandas armadas son grupos de falsos héroes; son un mito creado por occidente, una mentira monumental, un embeleco creado para Puerto Príncipe, cuyos objetivos estratégicos y geoestratégicos es la de crear una solución política falsa al servicio de los intereses de occidente, para justificar una intervención militar como la única solución política, económica y social para ese país.
Y cuando decimos geoestratégico es la posición geográfica en el centro de la región del Caribe con el fin de preservar sus intereses en cuanto a los recursos naturales de Haití y la República Dominicana y además la cercanía con Cuba, Venezuela y la frontera dominicana-haitiana. Y fundamentalmente el petróleo actualmente en proceso de exploración en la plataforma continental de la costa sur, todo con el fin de acentuar las condiciones neocoloniales necesarias para la apropiación de la riqueza de ambos países.
Todo esto hay que divulgarlo y buscar la unidad de las fuerzas progresistas para crear una estrategia de lucha social en el plano político contra la dominación y el terrorismo de los gobiernos imperialistas de los Estados Unidos de Norteamérica.