Cultura Libros

Pensamiento social de Manuel de Jesús Rodríguez Varona (1883-1956)

Escrito por Angel Moreta

Por Angel Moreta (Autor-Editor)

La presente compilación de las ideas económicas y sociales, jurídicas y políticas de Manuel de Jesús Rodríguez Varona, “Sociología Aldeana” y otros materiales, esproducto del interés científico del Archivo General de la Nación (AGN), institución actualmente bajo la brillante gestión de Roberto Cassá. Ella permite rescatar la producción intelectual de Manuel de Jesús Rodríguez Varona (1883-1956), abogado notario y escritor nativo de la región sur del país, quien aproximadamente escribió entre los años 1914, hasta mediados de la década del 50.

La referida producción de ideas se realizó en su totalidad en formato de artículos sueltos que fueron publicados en diversos medios, tanto de la región sur, por ejemplo, el periódico EL Cable (1920-1929); como del país, entre ellos, Listín Diario, Pluma y Espada, periódico que tenía como redactor a José Ramón López; El Radical, semanario político dirigido por Armando Hoepelman; y el periódico Patria, dirigido por Américo Lugo, y otros medios importantes que se editaban en la primera mitad del siglo XX.

También dio a luz dos publicaciones monográficas independientes,  de carácter históricas, compuestas  de artículos, y son ellas: 1) ¨Hecatombe de San Juan o Los Mártires del 4 de Julio de 1861¨ (1921-1924);  y 2) ¨Héroes de la Restauración y Los Seis Años en el Sur y Suroeste de la República¨ (1944). Estas dos últimas incluyen en total 11 artículos la primera, y 23  artículos  la segunda.

La pequeña obra  ¨Sociología Aldeana¨, contiene 8 artículos, y la misma le da nombre a la presente compilación. Los materiales que contiene son del año 1935, y fueron publicados como parte de un volumen dado a la luz pública por la imprenta El Cable, de San Juan de la Maguana, en el año 1942, conjuntamente con otros trabajos de Varona.     

 Rodríguez Varona (1883-1956), fue representante de un pensamiento social regionalista de carácter nacionalista, democrático, liberal, moralista in extremis, anti-intervencionista y pesimista (1). Escribió entre los años 1914 y 1950, aproximadamente, en los primeros años en Las Matas de Farfán, luego en San Juan de la Maguana y en sus últimos años en Santo Domingo.

Fue inspector de educación durante varios años y estuvo vinculado a uno de los partidos tradicionales de las primeras décadas del siglo XX, el Partido Progresista, que lidereaba Federico Velásquez; tal militancia se prolongó durante 17 años, habiendo decidido renunciar como consecuencia de inconformidades y descontentos; y en el año 1928 se separó de las filas de dicho partido e inició su adhesión al régimen y a las esperanzas que él avizoró en la figura y el personaje de Trujillo, siendo que en 1930,  comenzó a escribir a favor de la administración pública trujillista y se hizo partidario pasivo y confeso de tal proyecto. Con tal propósito envió comunicaciones, escribió prólogos y artículos en reconocimiento a dicho jerarca, haciéndole saber de sus simpatías  con el nuevo gobierno que comenzó en el año 1930. 

Se graduó de abogado y ejerció como notario en la región sur, de donde era nativo, estableciéndose en la común de San Juan de la Maguana desde las Matas de Farfán, ejerciendo allí su profesión. Fue secretario del general y caudillo lilicista Wenceslao Ramírez, a quien criticó posteriormente como caudillo de la región (1843-1927).

El mismo Varona era hijo del general Mariano Rodríguez, que participó en las luchas políticas por la Restauración de la República y en la guerra llamada de los seis años, es decir, que tuvo importante presencia en la vida política regional y estuvo vinculado a situaciones históricas y acontecimientos sociales de dicha región, conjuntamente con el general Andrés Rodríguez, su hermano, y otros generales del periodo.      

Paulatinamente se desarrolló escritor y todas sus publicaciones se hicieron, como dijimos, en forma de artículos cortos, desde el año 1914 aproximadamente, hasta mediados de la década del 50. Publicó diversos de sus trabajos en el periódico El Cable, (que era primero semanario y después bisemanario), y creado y mantenido desde el año 1921 hasta el 1930,  por E. O. Garrido Puello, comerciante e intelectual destacado del sur,  quien cuenta en su ensayo ¨Historia de un periódico¨, todos los esfuerzos,  actividades y peripecias que  se vio precisado a hacer para adquirir mediante compra en pública subasta  y traer a la Provincia de San Juan de la Maguana las maquinarias y equipos adquiridos para el proyecto de un periódico regional opuesto al gobierno militar intervencionista norteamericano (1916-1924),

Los artículos diversos  eran agrupados años después en pequeños libros, y los títulos de los mismos son los siguientes:    

I- 1914

  “Párrafos libres”

   Contiene seis artículos

II-1921

   “Infidencias

   Contiene trece artículos

III-1921-24

    “Hecatombe de San Juan o Los Mártires del 4 de Julio de 1861”

     Contiene once artículos

IV-1925

     “Rehiletes políticos”

     Contiene catorce artículos

V- 1927

    “Paginas Escogidas”

    Contiene trece artículos

VI-1935

    “Sociología Aldeana”

   Contiene ocho artículos

VII-1944

    “Héroes distinguidos de la Restauración y los Seis Años en el sur y suroeste de la República

    Contiene veintitrés artículos

VIII-1932-1952

      Diversos artículos del Listín Diario y otros periódicos arriba mencionados,

      como Pluma y Espada. El Radical y Patria

Esta producción de materiales sobre la vida económica y social, política y moral de la región sur y suroeste, es la que ahora se organiza y publica por el Archivo General de la Nación, como  contribución al estudio de lo que llamamos Pensamiento Dominicano Regionalista; es decir, generación de ideas políticas y sociales de algunos hombres que se dedicaron a la producción de imágenes conceptuales, pensamientos e ideas sobre las realidades económicas y sociales, y demás aspectos culturales de las regiones del país .

Rodríguez Varona fue escritor Intuitivo y espontaneo en base a las circunstancias y realidades del momento; abordaba el análisis político, económico y social de la región sur y suroeste desde un plano conceptual moralista, liberal, democrático y nacionalista definido. Su escritura se estructuró fundamentalmente en la crítica social y moral, y su estilo intuitivo y crítico deja entrever pesimismo, deseo de regeneración moral y progreso económico, social, educativo y tecnológico, por lo cual puede hablarse de que era poseedor de un mundo intelectual de ansias, proyectos,  ilusiones y utopías.

¨Las infidencias son propias de almas vulgares, sin fines morales, sin fe moral ni educación, sin confianza en el derecho y la justicia¨.

¨Es ingrata la vida de aquellos que discurren en el noble campo del doctrinarismo: Doctrinas de moral social dentro de la carencia de educación cívica, en personas que no entienden de deberes ni derechos en un medio caótico donde la clase alta es de almas pequeñas… que no miran hacia la regeneración económica y social de la República¨. (Cap. 2). 

El marco general de su análisis social y político observa “un mundo caótico”, y su ángulo es de raíz subjetivista y pesimista. Las apreciaciones  de la realidad regional y su representación en su sistema mental e ideológico, están conectadas directamente con su personalidad y conformación biográfica; con su ejercicio individualista de la vida profesional; su aislamiento social y personal y el retraimiento en la vida colectiva de su comunidad regional; además de sus confrontaciones personales por motivos políticos con otros intelectuales ¨aldeanos¨ o de la comunidad.

Y estos condicionamientos sociales, individuales, intersubjetivos, se reflejan directa o indirectamente en la configuración de su mentalidad y capacidad de comprensión de la política, la sociedad y la cultura; sus actores y estamentos sociales, y su conceptualización derrotista y refleja.

Lo cual apunta en el sentido de que la influencia del pensamiento social y político que le proporcionaba elementos a su mentalidad, probablemente era  la obra Moral Social  de Eugenio María de Hostos (1867-1903); y obras del escritor argentino José Ingenieros, autor en boga en ese entonces,  a los cuales no hace referencias en ninguno de sus textos, pero tácitamente del contexto de sus materiales se observa a lo largo de sus artículos la presencia  de las obras de estos  pensadores,  y se refleja particularmente el estilo de exposición ética del escritor argentino (1877-1925).

La moral social sirvió de sostenimiento a un discurso hilvanado sobre la base de generalizaciones, particularmente intuitivas y de énfasis reiterativo, sin señalar o apostillar individualmente o mediante conceptos a fuerzas  sociales determinadas de la región, a las cuales apunta con expresiones generales acres de desaprobación por motivos políticos, de ambiciones personales, de lujuria comercial, egoísmo social y practicas de falsificación y otras conductas criticables, pero su lenguaje se estructura con generalidades sobre tales fisonomías sociales y escenarios regionales. (2) 

Por ejemplo, Las siguientes conceptualizaciones, como se verá en la lectura de los materiales de Varona: 1) Los envidiosos; 2) Los fementidos; 3) Los intransigentes; 4) Los ¨pisaverdes¨; 5) Los políticos ejercitantes corruptos; 6) Los que usan falsos testimonios para escalamiento social; 7) Los infieles en el hogar, 8) L corrupción de los clérigos, etc.  

¿Quiénes son esos sectores, estamentos o actores de la vida social regional?                

Estas interrogantes  no pueden ser aclaradas de manera determinante, pues su lenguaje no es definitivamente confrontacional, sino un estilo literario acostumbrado  que adquiere carácter preciso cuando analiza hechos históricos regionales.

Tiene el estilo de José Ingenieros en algunas de sus obras en el campo de la moral y particularmente en ¨El hombre mediocre¨: a saber, generalizante, acusatorio e indubitable; pero no señala concretamente personalidades, individualidades,  sujetos, agentes, dirigentes políticos corruptos, o sectores sociales maleados. Tampoco sus escritos alcanzan un nivel de testimonio político y social; o de ensayo científico, salvo cuando hace algunos análisis históricos como: 1) ¨Hecatombede San Juan o Los Mártires del 4 de Julio de 1861¨ (1921-1924); y 2) ¨Héroes de la Restauración y Los Seis Años en el Sur y Suroeste de la República¨ (1944).

Rodríguez Varona, en diversos artículos, se autodefine como regionalista, identificado con la nacionalidad, partidario de principios morales inquebrantables, y de doctrinas inflexibles en las cuales se vislumbra la impronta de puntos de vista de Eugenio María de Hostos y José Ingenieros

Particularmente en la obra ¨Moral Social¨,  de Eugenio María de Hostos, publicada por sus discípulos a fines del siglo XIX y posteriormente en la colección Pensamiento Dominicano por “Librería Dominicana”, y Julio Postigo. Sesenta años después se publica por segunda vez con prólogo deMax Henríquez Ureña. También la presencia y el influjo de ideas moralistas del escritor argentino mencionado y probablemente de  José Enrique Rodó (1871-1917), que en sus Motivos de Proteo (1919), expone la doctrina de la renovación espiritual como deber, como ¨Ética del Devenir¨, como doctrina de la regeneración, pero esto último  debe mirarse con cuidado en el contexto de una hipótesis.

Las ideas de Rodríguez Varona se vincularon desde 1914 cuando comienza la publicación de sus artículos, a la crítica moral, liberal-patriótica, democrática y anti-intervencionista; y su centro era de carácter político, la vida económica y social, histórica y cultural de la región sur y suroeste, en sus distintas manifestaciones pero dentro de un marco general conservador, aunque es dura su crítica a los curas, funcionarios, políticos y “politicastros” locales. Tal vez   por sus acerbas críticas se generaron estereotipos en su contra o en contra de su trayectoria.

Particularmente acida es la crítica al caudillismo regional, en el cual ve las ambiciones de poder de los políticos y ¨politicastros¨, según afirma, de la región sur o suroestana; caudillos caracterizados con ciertas excepciones por su afán de enriquecimiento fácil y lucro a costa de los gobiernos y del tráfico de influencias; búsqueda de poder, ventajas y canonjías en la administración pública; actuaciones desmedidas y oportunistas que rechaza con acritud y desdén.

Su escritura fue mejorando paulatinamente y donde adquiere perfiles más llanos es en relación con la historia regional, sobre todo su estudio Héroes de la Restauración y Los Seis Años en el sur y suroeste de la República, en el cual recoge una veintena de artículos conteniendo biografías de algunos generales y oficiales criollos de la guerra restauradora en  la región sur, sin dejar de mencionar las guerras de los seis años contra la política anexionista de Buenaventura Báez.

Hay que mencionar también los artículos publicados en Listín Diario y otros periódicos, (Pluma y Espada, El Radical y Patria), en las décadas del 40 y 50 del pasado siglo XX y antes;  lo cual quiere decir, como expresamos, que escribió sus textos en distintos periódicos locales y nacionales, aproximadamente durante unos 35 años, totalizando unos más de 100 artículos, algunos de los cuales agrupados en libros de pequeño porte, fueron publicados por la imprenta mencionada, en la década de los cuarenta.

PARTIDOS  POLÍTICOS (1910-1928)

En los partidos políticos vigentes a principios del pasado siglo, se contaban el Partido Progresista, cuyo líder era Federico Velásquez; el Partido Nacional, de Horacio Vásquez, y sectores jimenistas. Entre los años 14 y 30 del siglo XX Rodríguez Varona tuvo militancia en el primero, al cual renunció frustrado y descontento con las actuaciones del velasquismo y se adhirió pocos años después al proyecto trujillista, en los primeros años de la década del 40 del siglo pasado. Pero contrariamente a otros intelectuales contemporáneos suyos de la región, Varona no ocupó cargos de importancia en este gobierno durante el tiempo que duró su vida profesional, la cual se desarrolló entre los años de 1905 a 1950, aproximadamente.

En el año 1907 se produjeron en la localidad contradicciones ideológicas entre intelectuales de la región en relación con la Convención Domínico-Americana del 1907, que puso las aduanas dominicanas bajo el control administrativo y fiscal de los Estados Unidos. En este sentido, Rodríguez  Varona tuvo diferencias con Víctor Garrido Puello, también hijo del caudillo Eusebio Garrido Puello, quien se manifestó partidario de los beneficios dicha Convención; inclusive,  estuvo a punto de producirse un lance personal entre ambos en el parque central de San Juan de la Maguana en el año señalado. Sin embargo Rodríguez Varona no hace referencia en ninguno de sus trabajos a esta situación de trasfondo ideológico, pero si lo hace Víctor Garrido en su obra “En la ruta de mi vida”, en la cual afirma:…. (3)

 

Al parecer padeció de dificultades económicas o de otra índole  juntamente con su familia. En una dedicatoria expresa: ¨dedico estos Párrafos Libres a mi esposa e hijo y a la inmaculada memoria de mi madre, sufridos corazones que en el retiro del hogar sufrieron conmigo mis propios sufrimientos¨……

Envió comunicaciones y escribió prólogos a favor de la gestión del dictador, quien desarrollaba la consolidación de su proyecto político iniciado en 1930 mediante un golpe de fuerza. En una página-preámbulode los años cuarenta del siglo pasado, se refiere a las causas por las cuales en 1928 decidió separarse del Partido Progresista…, ¨en cuyas filas milité 17 años cabales a título de creador, actor, organizador y propulsor de dicho partido en la común de San Juan, no habiendo merecido sino desdén y poco aprecio desu

jefe, el Lic. Federico Velásquez, hoy finado¨. Y agrega lo siguiente:

De ahí que, al surgir el movimiento cívico del año 1930 fuera yo en San Juan de la Maguana banderín y exponente de primera línea, para actuar con energía, decisión y carácter en surgimiento de aquella nueva era que se iniciaba en la República; de ahí que ya desde entonces servidor en líneas rectas al amparo feliz de su gobierno, con carácter y hombría de bien… convencido en el honor de los sagrados fueros nacionales confiados a su diestra esplendorosa de mandatario celoso de sus deberes en la sociedad, en la patria y en las naciones del continente colombino; de ahí que me sienta tan optimista del bien de la República, como inquebrantable y sincero amigo de usted y de su grandiosa obra de gobierno y que esté presto a todas horas, para… defender en todos los terrenos su meritoria obra de gobernante experto que dirige a feliz término la… nave del Estado que usted a fuerza de civismo y verdadero amor patrio ha levantado de la postración en que la tuvieran sumidas los crasos errores de un pasado político de aventuras y de insensateces incalificables, presentándola llena de luz y de vida a la contemplación de las naciones que pueblan el continente colombino y aun las del viejo continente europeo. (Carta-preámbulo……) 

 

Sin embargo, Rodríguez Varona fue un intelectual marginado por la dictadura, no habiendo noticias de que haya sido llamado a ocupar posiciones de importancia en el gobierno, a pesar de su franca y decidida adhesión al proyecto trujillista, calificado por J.I. Jimenes Grullon y Luis F. Mejía, como  “La Era Tenebrosa”, en sus libros la República Dominicana: Análisis de su pasado y su presente; y De Lilis a Trujillo “Historia contemporánea de la República Dominicana, respectivamente, de 1941 y re-edición en 1976. (4)

Dedicó sus publicaciones: Rehiletes Políticos, Paginas Escogidas, y Sociología Aldeana, compiladas en un solo volumen, al dictador,… ¨mi gran amigo y protector de toda obra de bien y de todo hombre honesto, para auspiciar mejor las obras del espíritu que se encaminan a la virtud y el bien, cuando tales obras son gráfico exponente de la vida pública y privada de los hombres imbuidos en el bien de la colectividad, o candorosos y sinceros amantes del progreso del pueblo dominicano¨.

CONCEPTUALIZACION MORALIZADORA IN EXTREMIS

El lenguaje conceptual de nuestro autor es esencialmente censurador en el sentido de castigar persistentemente a los políticos y ¨politicastros¨ regionales, que él considera corruptos y ambiciosos; y a los caudillos, que únicamente buscan el enriquecimiento personal y el beneficio egoísta proveniente de las desvalidas arcas de la administración pública.

A los  políticos de la región los califica de traficantes, buscadores de riquezas y oportunidades y violadores de los principios morales. Su discurso e ideas se mueven en un plano condenatorio y de censura moral, con énfasis en la reclamación ética a favor del respeto a la ley, la justicia, la Constitución, a los principios de responsabilidad y honestidad en el ejercicio público; del honor y la honra en las funciones del Estado; de crítica política y social, de buenas costumbres y pudor; de la consagración a finalidades solidarias.

¿Hasta donde fue o no influenciado Rodríguez Varona por la moral social de Eugenio María de Hostos?. ¿Hasta donde influyó en él la filosofía positivista de este forjador? ¿Lo habrá leído superficialmente o en profundidad? ¿O no llegó a conocerlo? Estas preguntas son desafiantes a la investigación, pero las ideas de regeneración social y de reconstrucción moral provienen del pesimismo que tiene su savia en el positivismo. 

 La temática moralizante, no conllevó sin embargo, señalamiento alguno de sectores particulares o de determinados actores o sujetos, como ya dijimos. Su discurso se mantiene a nivel general de abstracción y de razonamiento, universal sin identificación de nadie en particular, sin predicar atributos individualmente, sin determinaciones especiales, características del discurso positivista de José Ingenieros.

Rodríguez Varona no fue propiamente dicho un ensayista ni creador de escuelas o de discipulado doctrinario; o de grupos de seguidores dogmáticos y locales, sino un articulista redactor de textos cortos que tratan fundamentalmente de política, economía y sociedad de la región sur.

Podría decirse que fue un libre pensador regional con un discurso articulado al margen de una teoría ética  o de una de una escuela filosófica, en el cual los temas se reiteran en contenido y forma, con excesiva adjetivación, que a veces hace oscura la expresión del pensamiento lógico.

Fue escritor prudente, de párrafos tortuosos, a quien faltó desarrollar un estilo llano y directo para comunicarse con la sociedad regional. Su estilo varió muy poco entre 1914, cuando inició, y la década del 50, cuando terminó, ya que su fallecimiento se produjo en el año 1956 (5).

LA INTERVENCION IMPERIALISTA EN REPUBLICA DOMINICANA (1916-1924)

Las ideas de Rodríguez Varona no fueron producidas especialmente contra molinos de viento, sino contra vicios sociales, deformaciones políticas reales, y conductas indigentes y mediocres, las cuales son sometidas a análisis crítico utilizando frecuentemente adjetivaciones exageradas e intuitivas. Su pensamiento político no doctrinario, no trascendió el plano nacional de su época; se quedó a nivel de lo ¨aldeano¨, de la región, de la provincia y el municipio. Por ello decimos que fue escritor regionalista a carta cabal, talvez como se conocen pocos en otras regiones del país.

Por ser articulista sobrio, fragmentario y espontaneo, sus trabajos no condujeron a la formación de un  grupo disidente de discípulos entre la juventud,fundamentalmente porque no ejerció la enseñanza ni fue maestro de escuela ni de institutos, sino abogado notario ordinario, inspector de educación  y miembro del Partido Progresista, tradicional para las primeras décadas del siglo XX. Posteriormente evolucionó hacia otras banderas ideológicas, como hemos mencionado.

Con respecto a la intervención norteamericana, Rodríguez Varona no fue abiertamente colaboracionista, al igual que otros intelectuales de la región y del país, que no contribuyeron ni justificaron dicha intervención extranjera, tales como E. O. Garrido Puello y Víctor Garrido Puello, escritores e intelectuales que no compartieron la ocupación norteamericana, y más bien la combatieron a través de su producción intelectual y de medios de expresión como el periódico El Cable, fundado en 1921, especialmente para enfrentar dicha intervención, y otros periódicos, tales como Listín Diario.

 

Estos intelectuales asumieron posiciones diferentes en relación con la Convención Domínico-Americana del año 1907, que hizo posible el control financiero de las aduanas dominicanas. Se creó entre  los intelectuales de la región sur un escenario controversial de origen político, ya que E. O. Garrido Puello se adscribía al Partido Nacional (Horacistas) y Rodríguez Varona al Partido Progresista (Velazquistas), mediante los cuales se enfrentaban el Lic. Federico Velásquez y Horacio Vásquez, quien pretendió la prolongación del periodo presidencial 1924-1928, dos años adicionales hasta 1930.

Ya mencionamos que la actitud de Rodríguez Varona en relación con la Convención Domínico-Americana creó confrontaciones, algunas de las cuales se escenificaron en la plaza pública de la localidad, donde se produjeron manifestaciones que enfrentaron a los hermanos Garrido Puello.

Víctor Garrido, en la década del cuarenta del siglo pasado, alcanzó rango de alto funcionario en la dictadura de Trujillo, llegando a desempeñar, cargos de cierta importancia, como en la Tesorería Nacional, y en esas funciones le tocó entregar en ceremonia oficial el cheque de liquidación de la deuda externa en 1944. Con respecto a la intervención militar de 1916, expresa su oposición radical en diversos artículos publicados en distintos medios.

Los hombres que confrontamos los destinos de la República en su tercera Era histórica o de renacimiento político, tenemos la obligación inmensa de no abandonar un solo instante de la percepción moral el hecho material, insólito y cruelísimo de la ocupación americana en nuestro país, dedicando alma, vida y corazón a nuestra completa emancipación política, organizando nuestro sistema económico de tal modo que podamos relegar para siempre el complejo expediente de los empréstitos extranjeros, amparando las industrias nacionales, bajando los aranceles de importación y exportación, reduciendo los impuestos sobre la propiedad inmobiliaria y simplificando el sistema de leyes de tributaciones fiscales o municipales… ( ver pag.138  ).

En ¨Rehiletes Políticos¨ (1925), que contiene 14 artículos, expresa lo siguiente:  

En el pensamiento social de Rodríguez Varona, la desocupación militar de Estados Unidos se vincula con las ideas de regeneración moral, reconstrucción nacional, progreso social y económico, emancipación política; civilización, patria soberana, independiente y libre; y recuperación de la Tercera República “fomentando un verdadero renacimiento de las sanas costumbres ciudadanas. Los pasos de los habitantes más esclarecidos deben encaminarse sin descanso al desarrollo económico y científico de la región, por amor y por deber contraído con la familia, con la sociedad, y con la patria” (ídem.)

Rodríguez Varona observa la presencia de ¨pauperismo político¨ e indigencia mental en la región sur y las causas son, a su juicio, la poca relación intelectual entre el elemento pensante entre sí y con los demás elementos o entidades políticas de las demás regiones; la falta de educación moral y cívica capaz de producir la fraternización de las buenas costumbres sociales; y la ausencia de recursos económicos, falta de vías de comunicación y la carencia de “emulación” y del espíritu recto de bien público. (Ver Rehiletes Políticos, 1925).

 

El diagnostico de la pobreza de la región sur, y la necesidad que plantea de una obra de reconstrucción moral y regeneración social, conducen en el pensamiento de Rodríguez Varona a una postura pesimista, en la medida en que plantea “cimentar una era de verdadero renacimiento de las sanas costumbres ciudadanas y trabajar sin descanso por el desarrollo económico y científico de la región, como formula salvadora”.

Es posible que esta actitud lo haya arrastrado a un pequeño mundo de utopías, del velasquismo al trujillismo, planteando a este último como promesa de un periodo fecundo de desarrollo y de progreso ¨de nuestras escuálidas e incipientes sociedades, semi-analfabetas y semicultas¨. (ibídem).

La doctrina de la regeneración moral, Rodríguez Varona la plantea conjuntamente con la necesidad de sembrar de bienes morales el campo político regional, digno de un sabio ¨doctrinarismo político¨… ¨que lo independice para siempre y lo haga rico y feliz por la unión inteligente y noble de sus hombres, levantando a envidiable altura el nivel moral de la sociedad y restituyéndose a golpes de civismo sus derechos conculcados por sus falsos mentores¨ (Paginas Escogidas, 1927).

La actual generación tiene por delante un esplendido horizonte… para trabajar por la independencia económica y científica de sus entidades municipales y por la cultura de sus pueblos, para levantar su nivel moral y hacer de cada individuo o elemento de sociabilidad compueblana… eslabón seguro y leal, de verdadero progreso y de efectiva cultura, haciendo del sentimiento altruista… una bandera blanca de regeneración social… (Ídem).           

Con respecto a la intervención militar imperialista de los Estados Unidos, Rodríguez Varona establece que:   

Los deberes que el patriotismo impone frente a las complejidades de la presente época al desenvolvimiento de la riqueza material y la grandeza moral de la República, son cada vez más indeclinables… a medida que nos convencemos del lamentable estado político y económico en que nos ha dejado sumidos el fatídico periodo de la intervención norteamericana en nuestro país (Ídem), .          

Y plantea la utopía de entonces: hacer ¨de la Constitución y las leyes un código inviolable sobre el cual debe descansar el crédito de la República; y que la justicia sea efectiva y segura… por la equidad con que los magistrados les den a cada uno lo que es suyo, que no se violen sus preceptos ni se perdonen las faltas cometidas. De ahí al bien común, a la estabilidad social y al verdadero orden constitucional no hay más que un paso¨….

El pesimismo de Rodríguez Varona, que no deja de incluir un componente autoritario en la medida en que adhirió màs adelante al trujillismo, constituye un elemento estructural de su pensamiento social y es probable, que tal postura le haya conducido a declinar su militancia política partidaria, hacia simpatías con el nuevo régimen que se instauró en 1930.

En el preámbulo del volumen que publicó en 1942 el periódico El Cable, que incluye varias producciones de artículos, Rodríguez Varona invoca la existencia de una amistad ¨de abolengo familiar¨ con la persona de Trujillo, ¨en la intimidad de los afectos legendarios que toma los relieves… de una parentela que me liga a usted históricamente, honorable señor presidente Trujillo; de ahí que… en el año 1929, encontrándome recluido en la Clínica Padre Billini… tuve yo la visión de pensar en su personalidad para los… destinos nacionales, ya que me encontraba separado desde 1928 del Partido Progresista… en cuyas filas milité 17 años…¨ ( Paginas Escogidas, 1927 ).

Intuía esperanzas en el proyecto que recién se iniciaba en 1930 y consideraba que el mismo iba a liquidar los remanentes del caudillismo, que tanto daño habían producido históricamente en las incipientes instituciones de la República.

La mayoría de los generales y caudillos que comandaron tropas durante las guerras restauradoras y de los seis años contra Báez, cuando se produce la intervención armada de los Estados Unidos en el país, ya alcanzaban edad biológica madura y no podían materialmente enfrentarse a las tropas de ocupación ni estaban dispuestos a ello pues  no existían las condiciones en ese momento histórico para una cuarta guerra social o de liberación anti-intervencionista.

Cincuenta años después de aquellas guerras, la mayoría de los caudillos, fallecieron entre los años 1910 y 1925, aproximadamente; entre ellos el general Desiderio Arias. Antes que confrontación militar y política, los caudillos, en las distintas regiones del país, buscaron sintonizar con la ocupación norteamericana; en consecuencia, resultaron colaboracionistas en gran parte. Ello ocurrió no solamente en el sur sino en todo el territorio nacional, con excepciones. Tal es, por ejemplo, la colaboración genuflexa que ofrecieron los generales Wenceslao Ramírez y su hijo José del Carmen Ramírez a las tropas extranjeras, para la búsqueda, persecución y muerte del campesino curandero Liborio Mateo. (6).

Aunque también Rodríguez Varona fue hijo del caudillo general Mariano Rodríguez, quien colaboró con los ocupantes en las persecuciones mencionadas. Según sus propias palabras, “en el año de 1917, en los comienzos de la ocupación americana, el que esto escribe formó parte de una comisión de paz, para ir a convencer a Olivorio de que debía  disolver los grupos que le acompañaban y entregar las armas largas, propiedad del Estado; esta comisión fue compuesta por el general Wenceslao Ramírez, José Alfonso Lagrange, José Del Carmen Ramírez…….. Teniendo lugar la entrevista en el paraje El Palmar, sección La Jagua, común de San Juan de la Maguana” (ver su articulo “Olivorio Mateo, para la historia”).    

 Sobre este particular, en el Valle de San Juan de la Maguana, los caudillos lilicistas, horacistas, etc., colaboraron sumisamente con los intervencionistas del 1916 en varias situaciones, entre ellas la que ya hemos mencionado de persecución y muerte de ese campesino precursor de prácticas mágico-religiosas de la región.

A propósito de esta situación histórica, Fabio Fiallo, en su conferencia ¨Presentación del mártir Cayo Báez¨,  pronunciada en La Vega, en 1923, expresa lo siguiente:

«Frente a la consigna única de mucho terror por parte del ejército de ocupación, el pueblo dominicano estaba desamparado no solo en cuanto a sus ´medios de defensa´, sino también ´de todo ejemplo de honor´, por la fuga cobarde de los bravucones que habían sido sus hombres de gobierno »

« ¿Dónde estaban aquellos por quienes (el pueblo dominicano, A.M.) había derramado a torrentes su sangre generosa en lucha enconada de hermano contra hermano? ¿En donde los otros que él había exaltado a los puestos mas eminentes y lucrativos de la nación, en los congresos, en la magistratura, en la diplomacia, en el manejo de los tesoros públicos?».

«Ahí cuando se volvió a saber de ellos, cuando (el pueblo dominicano A.M.) volvió a verlos, fue en el palacio del Gobernador Militar a quien iban a ofrecerle: los unos, su sumisión y sus influencias políticas; los otros, sus talentos, sus actividades, sus relaciones sociales […]. Y también en las fiestas del Country Club, a donde algunos llevaban sus mujeres y sus hijas a danzar y divertirse con aquellos mismos rudos sargentones que convertían en pavesas nuestras aldeas, estrangulaban ancianos al correr de sus rápidos bridones y aplicaban con sus propias manos el sable hecho ascua en el vientre desnudo de nuestros indefensos campesinos. (7)

En consecuencia, la mayoría de los caudillos regionales depusieron su autonomía, liderazgo individual y poder político y se sumaron a los ocupantes intervencionistas norteamericanos, haciéndose en muchos casos sus colaboradores de confianza.

En el valle de San Juan, los caudillos lilicistas, horacistas, etc, contribuyeron con las tropas extranjeras en tareas comunes. En su obra “En la ruta de mi vida”, Víctor Garrido Puello, narra tales persecuciones llevadas a cabo por los caudillos y las tropas norteamericanas (8). 

EL PENSAMIENTO POLITICO-JURIDICO DE RODRÍGUEZ VARONA

Expresa su pensamiento a través de una postura moralizadora radical, que contiene postulados de moral social, que constituyó probablemente su escuela de formación política e ideológica.   

Su vocación de escritor-articulista pudo llevarlo a un pensamiento político y social sin discípulos y sin acciones políticas. En la mayoría de sus textos Varona ataca a los políticos regionales, particularmente en los artículos ¨Civismo de Pacotilla¨, ¨Mercantilismo Político¨, ¨Héroes de Arcilla¨,  ¨Vendimias¨ (p.201), ¨Regresión¨, ¨Otra vez el monstruo de la prolongación inconstitucional del actual periodo presidencial¨, ¨desquiciamiento mental¨, ¨el actual proceso eleccionario¨, ¨07 de abril de 1926¨, etc. Todos estos materiales fueron incluidos en el libro ¨Paginas Escogidas¨,de 1927, y publicados cinco años más tarde en forma de volumen, por la impresora El Cable, en 1942, al igual que ¨Sociología Aldeana¨  y  ¨Rehiletes Políticos¨ , todos reunidos en una sola publicación.

En el artículo ¨Nuestros Intelectuales¨, y en la monografía que da lugar al nombre de la presente compilación, “Sociología aldeana y otros materiales” de Rodríguez Varona, gestó una crítica de los intelectuales locales. Observa que la región sur carece de intelectuales suficientes, según dice, para impulsar “el carro de la civilización y del progreso, para contrarrestar el semi-analfabetismo político que se hombrea… con la capacidad y el talento, haciendo suyos los destinos públicos y dirigiendo a su antojo las cuestiones de vital interés que atañen al porvenir de las municipalidades de la región”

 
 

¨Los pocos intelectuales que hay en el sur de la República están aletargados y solo actúan dentro de un estrecho campo, temerosos de ir contra los potentados de la región y temerosos también de que recaiga sobre ellos el peso de las transformaciones sociales y políticas que corresponde puntualizar a la gran mayoría regional¨ (Sociología aldeana)

Para él la escuela debiera ser la salvación para la generación joven, pero ella está sometida a dividendos políticos, no pudiéndose recoger el fruto de la enseñanza capaz de preparar la razón del niño para ulteriores destinos ni para el ideal nacional de bien moral, así como desterrar el “analfabetismo fronterizo” (ídem).

Establece que ¨en ocasiones se percibe un pequeño esfuerzo intelectual encaminado al fomento de los principios de sociabilidad, pero la borrachera política de congraciantes públicos y la burocracia atrasada asoma su parasitismo medieval y de nuevo las muchedumbres se arriman al cesarismo en acción y el orden y la legalidad son suplantados por procedimientos coercitivos y arbitrarios¨… por tanto, es preciso esforzar la voluntad e imbuirla en el concepto del honor y del deber para  proseguir  la  afanosa lucha hasta  llegar a las aspiraciones, sin medir las distancias y sin contrapesar tampoco las consecuencias, sean dichosas o adversas, de la lucha (ídem).

Rodríguez Varona también propone la creación de un congreso o parlamento regionalista sureño con su asiento político en la ciudad de Barahona o en la de San Juan de la Maguana… ¨para que sea dictado allí el código de nuestros futuros destinos y nuestros hombres de saber e ilustración, en consorcio regional, inicien una era efectiva de verdadero progreso en estos pueblos fronterizos olvidados y aniquilados cruelmente durante largos años por el egoísmo de los políticos profesionales¨… (Ibídem).

El autor no explica cómo se realizaría su idea de un Congreso Regional ni establece si cada región tendría ese mecanismo o sería solamente para la región sur-suroeste.

En su artículo ¨Agricultores, terratenientes y ganaderos¨, incluido en el volumen Rehiletes Políticos(1925), Rodríguez Varona diagnostica la agricultura regional en esa época. Concibió a los agricultores, no como campesinos pequeño mercantiles, como en realidad ya eran, sino como ¨aborígenes de pequeñas siembras de gramíneas y tubérculos que apenas les producen para el sustento y las necesidades de la vida… no pudiendo hacer ningún tipo de ahorro, resultando de ahí que el ahorro no existe en la región sur en materia agrícola¨. (Buscar nota de A. Moreta).

Evidentemente el autor no podía distinguir economía campesina pequeño mercantil y economía de subsistencia. ¿A cual campesino se refiere para esos años, la segunda década del siglo XX?. Se refiere a los campesinos primordialmente de autosubsistencia, en un medio en el cual se producía para el mercado interno y la industria rudimentaria era prácticamente inexistente.  Pero ya se había entronizado el capital comercial y el capital usurario,  y como dice Marx, “no hace falta echar una ojeada retrospectiva a la protohistoria del capital para reconocer en el dinero su primera forma de manifestación” (9).

En consecuencia, el capital comercial se interesaba en la producción artesanal campesina y la industria doméstico-rural, cuyos productos iban dirigidos al consumo de bienes de subsistencia y gran parte de ella se consumía en las mismas localidades y zonas rurales de la región. (10)

De ahí que observó la usura de los acaparadores que someten al campesino a su ambición capitalista y los contratos leoninos representan una situación de explotación, lo cual muchas veces los obliga a abandonar la tierra, o cae ésta en manos del prestamista usurero. No existe protección para el campesino y la escuela agrícola no existe en la región, por lo cual ve necesario la enseñanza de la agricultura y que el uso de las aguas tenga aplicación científica en los terrenos en cultivo. La tecnología agrícola y los medios de producción eran muy atrasados, prácticamente insignificantes.

En relación con los terratenientes, estos ignoran el valor de la tierra y los sucesores venden el terreno a cualquier extranjero oportunista que ofrezca comprarla. En cuanto al pequeño terrateniente, (campesinos mercantiles)  este se ve forzado a proteger sus terrenos realizando una mensura provisional o caer dentro de una de las llamadas parcelaciones en los predios de mensura. Se iniciaba la vigencia del sistema Torrens (11)

Para 1925 había un auge de títulos falsos con los que un pequeño grupo engañaba a los campesinos, quitándoles porciones de terrenos o haciendo ventas a cuantos incautos les compran, para luego sembrar el

encono entre los viejos propietarios.  

 

En cambio, propone el fomento de una ganadería técnica, con pastos artificiales y abundantes aguas, siendo a la vez el cruce con sementales apropiados de pura raza, sea para obtener ganado de buen tamaño, sea para la producción lechera.  

Para el pensamiento político-jurídico de  Varona, constituyen elementos importantes la moral, la virtud, honradez, justicia, compromiso con el pueblo y la comunidad para el progreso y la regeneración de la región y el país.

Examina las instituciones locales, a saber, la iglesia, los partidos, municipios y cabildos, la región, las reformas constitucionales de 1908 y 1924; la justicia regional y su papel en la reconstrucción de la República, dentro de un contexto de liberalísimo, nacionalismo, democracia, Constitución y leyes… Es decir, un ambiente de regeneración moral.

Propone la creación de Tribunales Colegiados de primera instancia, y considera que los mismos son una necesidad para la administración de justicia y ¨debemos propender a tales reformas en el orden administrativo de la justicia¨. Afirma que cuando dos o más personas razonan sobre un asunto, no es igual ni es lo mismo que cuando es un solo cerebro y una sola voluntad y una sola conciencia… ¨decimos esto no para denostar inconformidad con las determinaciones científicas leales de competentes abogados… que han presidido tribunales unipersonales, sino para demostrar las ventajas de los primeros y las desventajas de los segundos.

¨En la época actual se hacen necesarios otros hombres de elevada mentalidad en el apostolado de la justicia, pues es posible hacer la mejor selección posible de hombres más aptos para tales cargos y pagarlos equitativamente, para exigirles responsabilidad y moralidad en la administración de justicia¨

IDEAS SOCIALES DE RODRIGUEZ VARONA

El diagnóstico social de la región sur incluye la idea de regeneración y reconstrucción de la República, como ya hemos mencionado; siendo que vislumbra en el gobierno de Trujillo, desde 1930, una esperanza para superar los males del caudillismo, dentro del contexto de pauperismo político de la región. Analiza las causas de dicho fenómeno, entre ellas, la poca relación entre los elementos pensantes entre sí y con las demás entidades políticas de otras regiones del país; también la falta de educación ética capaz de engendrar buenas costumbres sociales. De igual modo, ve como causas la ausencia de recursos económicos, falta de vías de comunicación y la carencia de un espíritu recto de bien público (Paginas Escogidas).

El pauperismo político de la región sur tiene su base en la pobreza, debido a las ideas egoístas del partidismo político que relega el espíritu de asociación y el deber contraído con la municipalidad para acrecentar la producción como fundamento del futuro bienestar de la sociedad, superando el egoísmo aldeano que se eleva por encima de las necesidades municipales y de los principios de amor al prójimo, de equidad y de justicia (Paginas Escogidas).

En relación con  la pobreza cultural, formula una crítica que para el 1925 parece carente de justicia, pues ignora el trabajo realizado por el periódico El Cable, fundado con mucho esfuerzo en 1921 por el intelectual E.O. Garrido Puello. Y en el cual Varona publicaba.

Un solo periódico no existe en la región que sea capaz de ser exponente.. leal de la cultura de nuestras sociedades; uno solo no existe… cuya redacción no sea el incensario de personalismos aldeanos sin más meritos que el de su propia casa; uno solo, en fin, cuya… obra de reconstrucción y de regeneración social sea digna del concurso moral e intelectual y de la ayuda material requeridas para su afianzamiento como prensa emuladora, sincera y leal que divulgue las ideas de bien, de paz y de civismo que laten en potencia en la región y que viven silenciosas en el alma ciudadana… (p.147)

Inequívocamente había un enfrentamiento sutil en la región entre Rodríguez Varona y los hermanos Garrido Puello, que puede ser objeto de una indagación ulterior. Otros elementos del pensamiento moral del autor lo constituye su crítica radical del caudillismo regional y del parasitismo de la burocracia, que él llama medieval. Es partidario de perfeccionar las instituciones nacionales, de romper los moldes prevalecientes e imbuir la vida política en el concepto del honor y del deber, en las doctrinas del civismo y la legalidad, “haciendo grande y feliz el porvenir de la vida nacional”.

En ese sentido considera una necesidad vital la creación de un congreso regionalista que tenga su asiento político en la histórica Barahona o en el legendario San Juan de la Maguana, ¨para que sea dictado allí el código de nuestros futuros destinos y nuestros hombres de saber e ilustración,… y en consorcio regional inicien una era de verdadero progreso en estos pueblos fronterizos olvidados y aniquilados durante largos años… por el sórdido egoísmo de los políticos profesionales¨(p.157)

De su diagnóstico de la región, de su pensamiento político y social se desprende la miseria de los grupos políticos locales, y de los fenómenos del generalato, el caudillismo regional, y se entresaca partidario de la democracia, del nacionalismo, del liberalismo, del regionalismo y anti- intervencionismo, aun cuando su pesimismo lo haya llevado a la claudicación y la genuflexión en su tránsito de las confrontaciones políticas del velasquismo al trujillismo en la tercera década del siglo XX   ( Sociología aldeana, 1935 ).

EL PROCESO DE APROPIACION PRIVADA

Rodríguez Varona tuvo una visión del proceso de apropiación de tierras en el valle de San Juan y criticó las prácticas fraudulentas puestas en boga, el fraude, el robo, falsificación de títulos, tráfico de influencias y prevaricación que se venían produciendo dentro del cuadro de miseria moral de los grupos locales.

También critica la usura de los terratenientes frente a los campesinos pequeños-mercantiles que en ese entonces, las primeras décadas del siglo XX, comenzaba a relacionarse con el capital comercial que adquiría auge en la década de 1920.

Los actores sociales en el escenario de las confrontaciones de la región sur son: 1) comerciantes y campesinos pequeños-mercantiles; 2) terratenientes y usureros; 3) profesionales, intelectuales y literatos; 4) curas y religiosos de la iglesia católica;  5) políticos, politicastros y funcionarios;  6) profesionales, etc.

Sobre la propiedad de las tierras, habladel auge del fraude, es decir, ¨de la inmensa cantidad de títulos falsos con que viven estafando a diario unos cuantos comerciantes… nuestra pobre gente campesina; ya quitándoles fajas de terrenos poseídas a justo titulo,… ya haciendo ventas a granel a cuantos incautos les compra, para luego sembrar… el odio entre los viejos poseedores, para más luego… venir a sanear las malas posesiones vendidas y remachar nuevos clavos a las viejas cadenas del esclavismo terratenientes¨ (ídem)

En el proceso de apropiación fraudulenta de las tierras, en la primera década del XX, participó el caudillismo, los terratenientes, los comerciantes extranjeros y la iglesia católica (ver pag.81, A.M.). En 1920 solo había un agrimensor en el Valle de San Juan: el general José del Carmen Ramírez, hijo del general y caudillo lilicista Wenceslao Ramírez, hombre de gran influencia en la región sur.

José del Carmen Ramírez se hizo agrimensor en el Instituto Profesional, creado por Eugenio María de Hostos, a principios del siglo XX, y sobre él afirma Víctor Garrido lo siguiente:

Vinculado consanguíneamente al caudillismo local y miembro de los círculos de poder tradicionales, a los cuales se habían agregado los comerciantes urbanos, el joven José del Carmen Ramírez regresó de la capital hecho agrimensor a una comarca donde la mayor parte de las tierras eran comuneras (V. Garrido, en la ruta…, p. 65). Midió muchas de las tierras del Valle y contribuyó a su repartición en manos de aquellos círculos de poder y del capital comercial (12)                        

Los procesos sociales de apropiación de las tierras del valle, son observados y vislumbrados intuitivamente en el pensamiento social y político de Manuel de Jesús Rodríguez Varona; y sobre ellos existen análisis concretos en la investigación “Capitalismo y descampesinizacion en el suroeste dominicano”, publicado en la colección del Archivo General de la Nación en 2010.

EL PENSAMIENTO HISTÓRICO DE  RODRIGUEZ VARONA

Para nuestro autor la historia es el libro abierto de los hechos del pasado de los cuales aprendemos a conocer la grandeza o pequeñez de los hombres, la magnitud de los acontecimientos, los beneficios morales necesarios al perfeccionamiento social. El pasado de la República es ¨escuela del dolor, por lo cual hay que elegir de él lo bueno y repudiar lo malo, y esto es un deber nacional y social y de ahí surgirán las instituciones cuyo influjo rejuvenecerá el derecho, la justicia, el campo del civismo, y los ideales de la juventud, que así conocerá la jurisprudencia moral sobre la cual se reclinarán las instituciones¨, (Infidencias, 1914)

No más infidencias, no más crímenes, no más traiciones… es cuanto necesitamos para recuperar el honor ultrajado de la patria y sembrar de confianza y de sinceridad nuestros hoy enfermos procederes, para que la historia no nos coloque en sus negras paginas y podamos legar a nuestros hijos un nombre limpio de culpas y ajeno a toda responsabilidad moral o jurídica, (ídem)

Reconoció el valor de los padres de la patria y Luperón, de los restauradores y los generales que triunfaron contra la ocupación española y la guerra de los seis años, y considera que salvaron la República Dominicana.

En este sentido su pensamiento histórico va ligado a la República y a la región, a la regeneración moral y reconstrucción nacional y social; y escribió dos publicaciones importantes sobre historia: 1) ¨Hecatombe de San Juan o los mártires del 4 de Julio de 1861¨, escrito entre los años 1921 y 1922, donde dedica paginas a Francisco del Rosario Sánchez, Benigno del Castillo etc.; 2) ¨Héroes de la Restauración (los seis años en el sur y suroeste de la República) ¨,que es un importante estudio biográfico sobre los generales restauradores de la región. Incluye una ¨nomina¨ de héroes de la restauración y del periodo de los seis años en la línea del sur y suroeste de la República.

La finalidad de dicho trabajo, escrito en 1944, fue la de ¨hacer conocer los valores históricos de los hombres de acción cívica que actuaron patrióticamente en las acciones guerreras que afirmaron la independencia del pueblo dominicano, pléyade de soldados meritísimos, valientes y esforzados que, bajo las órdenes del intrépido general Pedro Florentino y, más luego del invicto y glorioso general Don José María Cabral y Luna, protagonistas y héroes en las celebres jornadas libertarias de tan ardiente y laborioso período nacional; mereciendo a justo título, el respeto y la admiración de la ciudadanía y las honestas y cálidas consagraciones de la historia¨ .

El trabajo histórico de Varona es de gran importancia para conocer los generales y oficiales que sirvieron a la Restauración de la República y en la guerra de los seis años contra las políticas anexionistas de  Buenaventura Báez, particularmente en la región sur.

CORRUPCION DE LOS CLERIGOS DE LA IGLESIA CATOLICA (EN LAS PRIMERAS DECADAS DEL SIGLO XX).

Para nuestro autor, en la región sur el ¨espíritu religioso¨ sufre decaimiento total por causa de la falta absoluta de predicadores ejemplares de las doctrinas cristianas, pues los sacerdotes del clero católico no se ocupan de los oficios religiosos y son como fenicios que comercian vilmente con la religión, (p.163).

A los clérigos católicos, aprecia Varona, no les importa el clamor social de las familias y las protestas de la población. Inclusive,

¨hemos tenido curas por aquí que, no solamente han servido deshonestamente sus destinos, dejando completamente incumplidos sus deberes en la iglesia, cuanto más que han ejercido públicamente la prostitución,llegando hasta la violencia contra el sexo débil, sembrando el deshonor y la miseria en los hogares humildes, escandalizando la sociedad con… sus delincuencias condignas de la publica repudiación y de la airada execración social,(p.163)

Los clérigos católicos del sur, “con su abandono de los deberes religiosos, han engendrado un estado social caótico que denigra los destinos de la región, haciendo nula la anhelada grandeza de sus hombres, dejando sin virtud el ejercicio de los deberes ciudadanos contraídos con el municipio y con la patria”, (Rehiletes políticos).

LAS IDEAS SOCIALES, POLITICAS Y JURIDICAS REGIONALISTAS

Llama la atención que durante treinta y cinco años, Manuel de Jesús Rodríguez Varona, mantuvo una línea de producción de ideas económicas y sociales, jurídicas y políticas, en formato de artículos cortos sobre las realidades de la región sur, produciendo y generando un diagnóstico sobre sus condiciones históricas.

Después de 1935, su estilo sufrió variaciones y se hizo más llano y comunicativo con la comunidad. Mantuvo sus ideas a lo largo de los años, modificándolas un tanto en la década del 40, cuando produjo un viraje en su pensamiento político y social pesimista, y se inclinó hacia las esperanzas e ilusiones y expectativas que representaba el proyecto trujillista en vías de consolidación.

Es probable que Rodríguez Varona no llegara a conocer las investigaciones de Luis F. Vidal, en su obra de “Lilis a Trujillo”(1934); ni las de Juan Isidro Jiménes Grullón, contenidas en “La República Dominicana. Análisis de su pasado y su presente”(1941); ambas de la década del 40, cuando él formulaba su adhesión al gobierno de Trujillo. Dichos autores coincidieron en el estudio de los mecanismos de control de lo que denominaron “la era tenebrosa”, donde exponen, en la década  del cuarenta, los elementos de control y dominio, mediante el terror, de la sociedad dominicana.

No se conoce de él ninguna actitud contraria a la dictadura, sin embargo, antes de 1930 y años después mantuvo su postura moralista inflexible, democrática, liberal, anti-intervencionista, y a favor de los intereses del pueblo dominicano.

El hecho de que el Archivo General de la Nación (AGN) haya apoyado la organización, publicación y edición del presente volumen, abre una brecha muy importante para las investigaciones del pensamiento económico, político y social de distintas regiones de la República Dominicana: el pensamiento regionalista

Han existido en el país pensadores localistas e intelectuales regionalistas y de provincias que han tenido producciones de ideas que todavía hoy permanecen desconocidas, y necesariamente deberán ser recuperadas para sucesivas aproximaciones al conocimiento del pensamiento económico, político y social de nuestro país.                          

NOTAS:

1. El autor no dejó de merecer críticas acerbas, algunas de las cuales se vehicularon a través del periódico El Cable. Tanto los análisis de Rodríguez Varona, sobre los intelectuales y políticos locales, como lo acontecido con los hermanos Garrido Puello a propósito de la convención dominico-americana de 1907;  revela, junto a otros elementos que podríamos analizar en otro momento, como parte de una sociología de las regiones, una conflictividad latente entre ellos, tanto de trasfondo intelectual e ideológico como emocional y de polémicas sobre el liderazgo local.

2.   Indudablemente, ello constituía una actitud del intelectual, que al parecer no buscaba niveles radicales de confrontación. 

3. Impresora Arte y Cine, Santo Domingo, 1971, véase también Espigas Históricas, Santo Domingo, 1972.

4. Luis F. Mejía, fue de los primeros exiliados dominicanos que salieron hacia Puerto Rico, en 1931. Escribió y publicó en 1934 la obra “De Lilis a Trujillo”, relación de hechos históricos y políticos desde las postrimerías del siglo XIX hasta la segunda década de la dictadura. La cuarta y última parte de la obra se titula “La Era de Trujillo”, que constituye una de las primeras denuncias internacionales en contra de la tiranía. Publicada en Barcelona, España, por segunda vez, sirvió de fuente de inspiración al exilio dominicano, y al autor de “La Era de Trujillo”, Jesús de Galindez.

5. Recibió duras críticas por su estilo de redacción, por ejemplo, la nota “Refutando al inspector Rodríguez Varona”, sin firma, y que puede atribuirse a la redacción (No.802, 21 de mayo de 1930).

6.  Ver E.O. Garrido Puello, En el camino de la historia: 1911-1967, Santo Domingo, 1977. Nancie L. González analiza cómo “cada región tenia su caudillo, que al mismo tiempo que mantenía el orden dentro de su territorio, desafiaba los esfuerzos del gobierno central para controlarlo a el o a sus dependencias” (“Desiderio Arias, caudillo y héroe cultural”. Ver pág. 82  de la obra “Capitalismo y descampesinizacion en el suroeste dominicano”, de Ángel Moreta, Archivo General de la Nación, 2009).

7. Fuente Fabio Fiallo ¨Presentación del Mártir Cayo Báez¨, conferencia pronunciada en La Vega en 1923). Víctor Garrido: “En la ruta de mi vida”, Santo Domingo, 1970; El libro Azul de Santo Domingo, publicado en 1920 por el gobierno de intervención. Edición de la UASD, Santo Domingo, 1976. Presentación de R. Cassà.  Juan B. Pérez: Carta al presidente Roosevelt, 1933 

8. Ver párrafo en el artículo del listín “la sombra de Santana” y “reminiscencias” .

9. El capital, libro 1, sección 3ra, México, siglo XXI, 1982, pág. 179.  

10. Ver prólogo de la obra “Capitalismo y descampesinizacion en el suroeste dominicano”.

11. Ver capitulo 2  de la obra “Capitalismo y descampesinizacion en el suroeste dominicano”.

12.  “Capitalismo y descampesinizacion en el suroeste dominicano”, ob. cit.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Valenzuela, Edgar (editor). Perlas de la Pluma de los Garrido, Archivo General de la Nación, Vol. LXXXIII, Santo Domingo, 2009.
  • Garrido, Víctor. En la ruta de mi vida. Impresora Arte y Cine, Santo Domingo, 1970.
  • Garrido Puello, E. O. ¨Historia de un periódico¨. In: Valenzuela, E. Perlas de los Garrido. AGN, 2009.   
  • Hostos, Eugenio María d. Moral Social. Librería Dominicana, Santo Domingo, 1962.
  • Jerez Mir, Rafael. Filosofía y Sociedad (Una introducción a la historia social y económica de la filosofía), Madrid, 1977.
  • Moreta, Ángel. Capitalismo y Descampesinización en Suroeste Dominicano, Archivo General de la Nación, Vol. LXXXI, Santo Domingo, 2009.
  • Cassá, Roberto. Pensadores criollos. Colección Juvenil Vol. VI. Archivo General de la Nación, Santo Domingo, 2008.
  • Cassá, Roberto. Dictadores Dominicanos del Siglo XIX. Archivo General de la Nación. Colección Juvenil, Vol. IV.
  • Cassá, Roberto. Padres de la Patria. Archivo General de la Nación. Vol. V. Colección Juvenil, Santo Domingo, 2008.    
  1. Cassá, Roberto. Héroes Restauradores. Archivo General de la Nación. Vol. VII. Colección Juvenil, Santo Domingo, 2009.     
  1. Cassá, Roberto. José María Cabral. General de tres guerras patrias, Archivo General de la Nación. Colección Biografías Dominicanas, Santo Domingo, 2006.
  1. Cassá, Roberto. Modos de producción, clases sociales y luchas políticas, editora Alfa & Omega, Santo Domingo, 1979.
  1. Cassá, Roberto. ¨Notas sobre Historiografía Dominicana¨, revista realidad contemporánea No. 3-4, 1976.  
  1. Cassá, Roberto. ¨El Surgimiento de la Historiografía critica en Jiménes Grullón¨, revista Clío No. 166, 2003.
  1. Cassá, R.; González, R., y et. al. Política, identidad y pensamiento social en la R. D., (siglos XIX y XX)., editorial Doce Calles Y Academia de Ciencias de la RD. s/f.    
  1. UCMM. El Gran Pesimismo Dominicano. Santiago, 1975.
  1. Franco, Franklin. El Pensamiento Dominicano (1780-1940), UASD, Santo Domingo, 2001.      
  1. Berlin, Isaih. Pensadores Rusos, Fondo de Cultura Económica, México, 1968.  
  1. Herzen. A. El desarrollo de las ideas revolucionarias en Rusia, Siglo XXI editores. México 1979.    
  • Davis, Martha. La Ruta hacia Liborio. Meceanismo en el Sur Profundo Dominicano (compiladora), Editora Manatí, Santo Domingo, 2004.    
  • Martínez, Lusitania. Palma Sola. Opresión y Esperanza (su Geografía Mítica y Social), Academia de Ciencias, R. D.,  Santo Domingo, 2003.                                                    
  • Ingenieros, J. El hombre mediocre. Ediciones varias, argentina y Chile.
  • Blanco Fombona, H. Crímenes del Imperialismo Norteamericano. Ediciones ¨Churubusco¨, México, s/f.
  • Fiallo, Fabio. ¨Presentación del mártir Cayo Báez¨. Conferencia pronunciada en la Vega, 1923.            

Acerca del Autor

Angel Moreta

Angel Moreta, jurista, sociólogo, y filósofo; Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), República Dominicana, Autor-Editor de Debateplural.

Deja un Comentario