Por: Ángel Moreta (Autor-Editor)
En los planes de la geopolítica de Estados Unidos para la región del Caribe aparecen esos países dentro de una geoestrategia bien calculada. Esto quiere decir que la nación hegemónica posee desde hace mucho tiempo un mapa de intereses económicos y políticos que está celosamente guardado en los planes y gavetas del Departamento de Estado. Así aparece también la geoestrategia de los planes que tiene esa nación dominante para la región del Caribe, y la República Dominicana y República Haití.
Se trata de la expansión territorial que desde principios del siglo XVIII guarda con mucha prudencia los Estados Unidos en los baúles de la Casa Blanca. Los libros del investigador Franco (“historia de la revolución haitiana”); y de Guerra, investigador cubano, (“la expansión territorial de Estados Unidos”), aparece la región del Caribe como algo muy preciado y muy deseado por Estados Unidos.
Se sabe cómo los EU tomaron posesión de Puerto Rico en 1898, ocupación que se extiende hasta el día de hoy 2025. Lo que quiere decir, que Puerto Rico tiene las condiciones de nación colonizada y subordinada desde aquella época, hace 125 años, hace más de un siglo.
La geoestrategia consiste en los propósitos de dominación a largo plazo, y la geopolítica, es decir, la política hegemónica de Estados Unidos para sus planes de lograr el dominio completo y total de ambos países, la República Dominicana y la República Haití.
Pero en esta ocasión se agrega algo nuevo, que representa un dolor de cabeza para los países caribeños, y que también representa un verdadero dolor de cabeza para la clase política norteamericana; es una vieja estrategia, el secreto mejor guardado en el mundo contemporáneo.
Enemigo de China en términos comerciales, tecnológicos y militares; y enemigo de Rusia, Venezuela y Cuba, los Estados Unidos no han colaborado económicamente con el desarrollo económico de Haití, tampoco en su combinación con el medio ambiente y la seguridad, manteniéndola bajo un estado de carencias absolutas, con el claro propósito de más adelante dar el zarpazo soez de la fusión de ambos países, en contra del pueblo dominicano.
Con esta geoestrategia, Estados Unidos mantiene a Haití, después del régimen de Duvalier, en un verdadero estado de sitio, en estado de espera, para poder calcular el modo en que se va a incluir a Haití en el ajedrez de la región como “Estado fallido”.
Todas estas operaciones se hacen con la complicidad y el silencio de las oligarquías comerciales de Haití. De hecho, ya la República de Haití pertenece y ha sido incluida desde hace varias décadas, en el conjunto del juego geopolítico, en la totalidad del ajedrez político de la regio caribeña y en el rectángulo de acero de la doctrina Monroe, “América para los americanos”.
Un permanente dolor de cabeza
En la época de Francois Duvalier, Haití estaba completamente subordinada a las estrategias políticas de Estados Unidos. Fallecido Duvalier, vino la época de los experimentos democráticos, que no trajeron desarrollo económico y social a esa República, al contrario, trajo un caos significativo un desorden institucional y una expansión de la pobreza.
En la región del Caribe, Haití representa para la clase política norteamericana un verdadero dolor de cabeza. Se trata de una vieja estrategia, se trata del secreto mejor guardado de América Latina.
Recordemos que el entonces presidente de Francia, en los años de la primera década del siglo XXI, estuvo diez minutos de paso por la República de Haití, y en vez de plantear a Martelly una colaboración económica para el desarrollo social, lo que hizo fue cobrarle 250 millones de dólares que ese país supuestamente debía a Francia. Un cinismo incalculable que el presidente de Haití tomo como una chercha y su repuesta fue una risotada inútil y trivial, en vez de decirle a Hollande que era Francia que debía a Haití. En vez de esta payasada respondió con un chiste.
Pero lo que ocurre con Haití es una tragedia pues China y Rusia, Venezuela y Cuba son enemigos de la geoestrategia de Estados Unidos. Después de Duvalier, el pueblo haitiano ha sufrido varias intervenciones militares, disfrazadas en alianza con la oligarquía comercial de Haití; y no ha podido avanzar por senderos de progreso, bienestar y buen vivir porque esto no figura en la geoestrategia.
Lo que figura en los planes hegemónicos unilaterales, en las medidas económicas unilaterales son aquellos planes para la espera paciente del asalto a ambos países, que es la fusión.
El miedo a la presencia rusa y china levita desde Washington a Puerto Príncipe
EU tiene “horror al vacío” que representa la estabilidad económica, la seguridad, el buen vivir y la democracia responsable.
Esta geoestrategia es la clave para entender la crisis permanente de Haití: la intelectualidad fuera del país, el dominio político de la oligarquía comercial, la alianza con EU, la crisis indefinida permanente, la inseguridad, las bandas criminales en Puerto Príncipe, armadas por los EU, y la vigilancia para que en ese patio trasero no entre China ni Rusia, ni Venezuela ni Cuba.
Margaret Thatcher tenía razón: ya no hay sociedad. Lo que hay es una elite transnacional de seguridad, que está ocupada repartiéndose el mundo, usando el dinero de sus impuestos. Para combatir a esa élite no debemos hacer peticiones, debemos imponernos a ellas, debemos formar nuestras propias redes de fuerza y valor mutuo, que puedan desafiar a esas fuerzas y valores interesados de los elitistas de este país y de otros que han formado mano a mano una alianza para tomar dinero de EU y de todos otros países de la OTAN.
